“Lamentablemente se trató de un desenlace irreversible. Hay mucho dolor, con generosidad, en todo este tipo de cuestiones”, confirmó ayer y explicó la coordinadora hospitalaria del Cucaiba, Ana María Mazzola, a EL NORTE. Según registros nacionales oficiales, 7391 personas necesitan un trasplante para salvar su vida en este momento y 723 es la cantidad de trasplantes realizados durante 2022.
De la Redacción de EL NORTE
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Con el consentimiento de los padres, se procedió en el Hospital San Felipe a iniciar el procedimiento de donación de los órganos del joven que tuvo muerte encefálica a raíz de un reciente accidente con su moto.
“Casi todo se hace en el Hospital. Se realiza la logística siempre en contacto con la guardia operativa del Cucaiba. Se hace todo en red. El destino de los órganos es confidencial, se preserva mucho. Hay mucho dolor, con generosidad, en todo este tipo de cuestiones. Lamentablemente se trató de un desenlace irreversible. Las personas mayores de edad pueden anotarse como donantes, es una voluntad personal. Así se salvan vidas. En el caso de menores de edad, la autorización la otorgan los padres o el representante legal”, confirmó ayer y explicó la coordinadora hospitalaria del Centro Único Coordinador de Ablación e Implante de la provincia de Buenos Aires (Cucaiba), Ana María Mazzola, a EL NORTE.
Según registros oficiales nacionales, 7391 personas necesitan un trasplante para salvar su vida en este momento, 723 es la cantidad de trasplantes realizados durante 2022, 328 personas donaron sus órganos durante este año y 7.09 es la cantidad de donantes por cada millón de habitantes actualmente. La Ley 27.447, o “ley Justina”, es la que rige el trasplante de órganos, tejidos y células en Argentina.
Un trasplante de órganos solo es posible gracias a la decisión personal y solidaria de personas. “Hay más posibilidades de necesitar un órgano que de ser donante”, destacan desde Cucaiba.
Ley del Donante Presunto
En nuestro país todas las personas mayores de 18 años son donantes salvo que hayan manifestado lo contrario. En Argentina existe la Ley del Donante Presunto, la cual indica que toda persona es donante excepto que exprese lo contrario. Sin embargo, es fundamental que la persona manifieste por escrito y converse con sus familiares y amigos acerca de su decisión, porque el fallecimiento de un ser querido es un momento traumático y es importante que dentro de ese proceso todos tengan en claro cuál era la última voluntad que la persona manifestó en vida.
Para manifestar la voluntad de donar se puede entrar a la aplicación “Mi Argentina”, firmando un acta de expresión en cualquier organismo provincial de ablación e implante. Asimismo, se puede manifestar la decisión cuando se realiza el trámite del DNI. La expresión de voluntad es personal e intransferible y se puede modificar en cualquier momento por estos mismos canales.
La decisión de ser donante es personal y privada, pero es fundamental conversar el tema con familiares y amigos. El momento del fallecimiento de un ser querido es muy difícil y conlleva todo un proceso de aceptación que es muy complejo, por eso es importante que las personas sepan cuál es tu última voluntad, para que puedan acompañar y cumplir ese deseo.
De la donación al trasplante
Cuando se detecta un posible donante en el área de cuidados intensivos de un hospital, en cualquier lugar del país, el médico inicia el proceso de donación. Se comunica con el Organismo Jurisdiccional de su provincia o con el Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (Incucai) para coordinar los pasos a seguir. Se constata el fallecimiento de la persona utilizando criterios neurológicos –muerte encefálica–. Esto es posible solo cuando los pacientes fallecen en unidades de terapia intensiva y el resto de las funciones del cuerpo se pueden sostener artificialmente.
Una vez diagnosticada la muerte, los cuidados intensivos están destinados a mantener la oxigenación de los órganos para garantizar su viabilidad. También se realizan estudios de laboratorio para determinar qué órganos son viables para trasplante y garantizar la ausencia de enfermedades infectocontagiosas.
Con las características biológicas y grupo sanguíneo del donante se inicia la búsqueda de los posibles receptores a través de un sistema informático denominado SINTRA. Se toma en cuenta el grado de urgencia de los receptores, la compatibilidad biológica entre donante y receptor para evitar el rechazo y la antigüedad en lista de espera, entre otros parámetros.
Una vez asignados los órganos, los centros de trasplante preparan a sus pacientes para la intervención quirúrgica. Al mismo tiempo, en el hospital donde se encuentra el donante se inicia la ablación (extracción de los órganos). Luego, el cuerpo de la persona fallecida es entregado a la familia en perfectas condiciones, sin alterar su apariencia.
La ablación se realiza con equipos especiales que garantizan su total asepsia. El tiempo de conservación hasta el implante puede ser de entre 4 y 36 horas dependiendo del órgano a trasplantar. Finalmente los equipos médicos de los centros de trasplante implantan los órganos a los receptores, en una intervención quirúrgica que puede durar entre dos y diez horas. Cada integrante del equipo de salud cumple un rol clave para garantizar que en los hospitales de nuestro país se desarrolle el proceso de la donación y trasplante de órganos.