Ignacio Retondo y Franco Jesús Lykan fueron los únicos que aceptaron ampliar la indagatoria ante el juez. Por su parte Ángel Pascual Ramos, Steven Alexis Cuzzoni, Lautaro Dante Ciongo Pasotti y Thomas Fabián Domínguez, se negaron a hacerlo.
Solo dos de los seis acusados por la violación grupal de una joven de 20 años en el barrio porteño de Palermo, ampliaron su declaración indagatoria y ambos coincidieron en decir que eran inocentes y que tuvieron un mínimo contacto con la víctima, informaron este viernes fuentes judiciales.
Los seis detenidos por el abuso en grupo ocurrido el pasado 28 de febrero en inmediaciones de la Plaza Serrano de barrio porteño de Palermo Soho, fueron convocados este jueves a amplir su indagatoria, luego de que el juez en lo Criminal y Correccional 21, Marcos Fernández, y el titular de la Fiscalía 48, Eduardo Rosende, les ampliaran la imputación con nuevas pruebas.
Los acusados Ignacio Retondo (22) y Franco Jesús Lykan (24) -ambos asistidos por un nuevo defensor particular, el abogado Oscar Isidro Aguirre-, fueron los únicos que aceptaron declarar, mientas que los otros cuatro, es decir, Ángel Pascual Ramos (23), Steven Alexis Cuzzoni (20), Lautaro Dante Ciongo Pasotti (24) y Thomas Fabián Domínguez (21), se negaron.
El juez los acusa de haber actuado siguiendo “un plan previo, con acuerdo de voluntades y roles” por los delitos de “abuso sexual con acceso carnal, agravado por la participaron de dos o más personas” -prevé una pena de 8 a 20 años de cárcel-, en concurso real con “lesiones leves”, provocadas a uno de los vecinos con los que se enfrentaron antes de ser detenidos.
Ambos coincidieron en decir que son amigos y que, el día anterior al hecho, es decir, el domingo 27 de febrero, se habían juntado con otro de los acusados, Ciongo Pasotti, para ir a la casa de otro amigo en común en Villa Adelina, donde cenaron, pasaron por sus casas, luego por San Telmo y terminaron en Plaza Serrano.
Retondo contó que estuvieron tocando la guitarra y consumiendo bebidas alcohólicas compradas en distintos kioscos y, en su caso, algo de cocaína que le convidaron, hasta que llegaron a una “esquina pintada de colores, con persianas verdes”.
Allí, explicó que siguió tocando la guitarra y se juntó gente, entre la que había un ciudadano colombiano, tras lo cual aparecieron “estos tres pibes con la piba”, dijo en referencia a los otros tres acusados -a quienes aclaró que su grupo no conocía de antes-, y la víctima.
Contó que la joven se le acercó para decirle que le había gustado la canción que estaba tocando y dijo que “en ningún momento” la vio “desorientada”.
Explicó que, con su grupo, se fueron a Plaza Serrano mientras que la chica y los otros tres “desaparecieron”, hasta que, más tarde, se reencontraron y juntos fueron a donde estaba estacionado el Volkswagen Gol, es decir, la esquina de Serrano y Cabrera.
El imputado dijo que allí vio que uno de los chicos -sería Ramos-, “empieza a tener relaciones” con la víctima, y que “entre Lautaro y el rasta de remera celeste” (Ciongo Pasotti y Domínguez) hacían “comentarios” y decían que “tenían ganas de subir al auto”.
Remarcó que él le dijo a Ciongo Pasotti “que no daba, que no pintaba, encima había gente pasando, varias veces se lo dijo”, pero que de todas formas Lautaro “se subió al auto”, al asiento del conductor, y allí vio que tuvo contacto con la chica.
Explicó que luego vino un hombre con un celular y se inició la pelea del grupo con los vecinos y comerciantes que terminó con todos detenidos.
Por su parte, lo más destacado de la declaración de Lykan, a la que también accedió Télam, es que negó haber tenido contacto con la víctima, a quien sólo identificó como “una persona más del grupo” que se formó mientras él tocaba la guitarra en Plaza Serrano.
Contó que él no ingresó al “after”, sino que se quedó en la puerta con la guitarra, que desde allí se fue a Plaza Serrano y que, por haber tomado cerveza, vino y una pastilla de “clona” (clonazepam) se empezó a sentir mal, a quedarse dormido y por eso le pidió a su amigo Ciongo Pasotti que le abriera el auto para irse a dormir, donde, según sus dichos, alrededor de las 13 o 13.30 de ese 28 de febrero, quedó “desmayado”.
Luego, explicó que se despertó “de golpe”, que vio que “afuera era un tumulto de gente, y que, cuando abrió la puerta, vio a su amigo Retondo “con el ojo todo hinchado” porque le habían pegado “una patada en la cara”, por lo que lo defendió de su agresor y tras ello, fue arrestado por un policía.
Cuando le preguntaron si ingresó acompañado al auto, respondió que “no” y en la declaración quedó asentado que “entró solo, al asiento de atrás, se acostó, cerró los ojos y se despertó con todo ese problemón, esa situación. No tiene registro del ingreso de alguna otra persona, estaba inconsciente”.
“Quiere agregar que en ningún momento tuvo contacto con la chica. Si le preguntan cómo estaba vestida, no lo recuerda porque no la registró, era una persona más del grupo, no le dio importancia”, recalcó Lykan.