Durante la tarde del martes Maximiliano Cabaleyro y Fernando Espíndola ingresaron a la Unidad Penitenciaria de San Nicolás. Fueron alojados en el Pabellón Nº 1 junto a otros 89 internos. En general a ese lugar son destinados los internos que purgan penas por delitos sexuales, es un lugar de refugio y de resguardo de los otros internos. Está previsto que reciban visitas cada catorce días.
De la redacción de EL NORTE
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A las 14,10 del martes Maximiliano Cabaleyro y Fernando Espíndola, los dirigentes del gremio de Camioneros detenidos por los bloqueos a la empresa de San Pedro, fueron ingresados a la Guardia del Servicio Penitenciario Nº 3 tras pasar 74 días alojados en la DDI. La Cámara de Apelaciones había ratificado, el pasado martes 7 de junio, la prisión preventiva dispuesta por el juez de primera instancia y revocado la prisión domiciliaria, beneficio que no se había hecho efectivo porque había una apelación pendiente. Los jueces entendieron que era necesario adoptar la más grave de las medidas de coerción por existir peligro de frustración de los fines del proceso y confirmaron la prisión preventiva.
El ingreso
Poco después del arribo de ambos detenidos al penal, se puso en marcha el protocolo de ingreso, por el cual los custodios policiales corroboran el cupo en el registro de internos. Una vez constatado fueron ingresados a la guardia alrededor de las 14:00, les tomaron sus datos y las huellas dactilares. Posteriormente el facultativo en turno los revisó y extendió el apto de ingreso. Fueron entrevistados de manera personal y les dieron la ubicación dentro del penal. El destino de Maximiliano Cabaleyro y de Fernando Espíndola fue el pabellón Nº 1 donde se alojan otros 89 internos con una edad promedio de 38 años. En general a ese lugar son destinados los internos que purgan penas por delitos sexuales, es un lugar de refugio y de resguardo de los otros internos. Es una suerte de galpón con camas cuchetas, un pabellón colectivo con capacidad para 60 presos. El régimen que se sigue comienza a las 7 de la mañana con el llamado “recuento de población”, entre las 9 y las 11 pueden salir al patio a tomarse un recreo, (durante su primera mañana los sindicalistas optaron por no salir y permanecieron en la celda). A las 12,30 reciben el almuerzo (churrasco de carne con puré y una mandarina de postre fue el primer menú), vuelven a tener un recreo a las 14 y a las 18 reciben la cena porque a las 19 se realiza nuevamente el recuento y cierre general de población. Está previsto que reciban visitas cada catorce días, el cronograma se realiza mensualmente.
Preventiva confirmada
A fines de marzo, la jueza de Garantías de San Nicolás ordenó la detención de los responsables de los bloqueos, aunque la misma se concretó una semana más tarde luego de que la Cámara de Apelaciones desestimara el pedido de eximición de prisión efectuado por los acusados.
La causa siguió avanzando. El 17 de mayo, el juez Román Parodi dictó la prisión preventiva contra los dos gremialistas por los delitos de turbación de la posesión -dos hechos-, coacción en grado de tentativa -dos hechos-, extorsión -dos hechos- y extorsión en grado de tentativa en concurso real. Pero en esa misma resolución, les había concedido la domiciliaria.
Parodi estaba subrogando el juzgado de María Eugenia Maztegui (la magistrada debió pedir licencia por estrés). Dirigentes de la oposición denunciaron que Maiztegui había sido presionada por el diputado kirchnerista Leopoldo Moreau, quien en su condición de presidente de la Comisión Bicameral de Inteligencia amenazó con denunciarla por mal desempeño.
Finalmente los jueces de la Cámara de Apelación Eduardo Alomar, Guillermo Martínez y Alberto Moreno entendieron que era necesario adoptar la más grave de las medidas de coerción por existir peligro de frustración de los fines del proceso y confirmaron la prisión preventiva que se hizo efectiva el martes cuando se produjeron dos nuevos cupos en la UP3.