Las denuncias por robo de cubiertas se apilan en las compañías aseguradoras, y los dispositivos de seguridad “se venden como pan caliente”, afirma el propietario de una de las gomerías más importantes de la ciudad. “Todos los días llegan uno o dos clientes a reponer el neumático que le sustrajeron. Y cada vez más se venden bulones de seguridad”, explicaron en otro comercio. Dueños de agencias de seguro advierten que las denuncias crecieron en los últimos tiempos. Y –en off– también relatan casos de autorrobos.
De la redacción de EL NORTE
[email protected]
La cantidad de denuncias por robo de neumáticos que reciben las compañías aseguradoras de San Nicolás es alarmante. “Antes eran los estéreos. Hoy son las cubiertas”, afirma el propietario de una tradicional empresa de seguros de la ciudad con local en zona centro.
Esa parece ser la vara más apropiada para medir un escenario creciente dentro del mapa delictivo callejero. La otra medida la aportan los propietarios de gomerías, quienes ante la consulta de este diario afirman que “todos los días vienen clientes a reponer algún neumático robado. En algunos casos es el de auxilio, pero la mayoría de las veces es porque se encontraron con el auto posado sobre tacos con una o dos ruedas menos”, cuentan.
A propósito de ello, en los comercios dedicados a la venta de neumáticos aseguran que la venta de dispositivos antirrobo se ha multiplicado. Se trata de una especie de bulones que dificultan la sustracción de los neumáticos. Según la marca, pueden costar entre $6500 y $9000. “Años atrás no teníamos porque no había demanda. Hoy vendemos dos o tres por día”, afirma el dueño de una gomería ubicada en Falcón y Las Heras. La inversión en el dispositivo es interesante, sobre todo si se tiene en cuenta que cada neumático (depende el modelo del vehículo) puede costar entre $30.000 y $60.000.
Autorrobos
En la consulta con propietarios de comercios que se dedican a la venta de neumáticos, la respuesta fue coincidente en el punto de que el alto costo de las cubiertas ha convertido al producto en un bien preciado. Y al mismo tiempo advierten que “también hay mucho autorrobo”. ¿Cómo es eso?, preguntamos. “Personas que afirman que les robaron las cubiertas para después cobrarlas en el seguro”.
Los bulones de seguridad dificultan pero no impiden el robo. Según la marca, pueden costar entre $6500 y $9000.
Esta respuesta, insistimos, se escuchó en varias de las personas consultadas. Lo cual llevó a trasladar la consulta a propietarios de compañías aseguradoras. “Es un tema muy espinoso, y también real. Las denuncias son cada vez más. Hay casos de robo de una o dos cubiertas, pero también de las cuatro. Según el caso, lo que se hace es un peritaje que permita probar que efectivamente se trató de un delito, es decir, de un robo. En buena parte es así, pero también hemos tenido hechos en los que se pudo probar que el propietario del vehículo fue el que quitó las cubiertas. Y se pudo confirmar a través de cámaras de videovigilancia”, explicó el propietario de una aseguradora local. “El que contrata un seguro contra todo riesgo tiene incluido el resarcimiento por robo de cubiertas. Y algunos de los planes de seguro contra terceros también lo incluye”, añadió.
Por encargo
Las fuentes consultadas también dan cuenta de otras dos rutas del robo de neumáticos, una de ellas, sorprendente. “Hay robos por encargo. Hemos detenido a personas que se dedican a eso. No tienen vehículo, sino que roban para un tercero que necesita una cubierta en particular”, relata un efectivo de la Policía Bonaerense.
Obviamente, el escenario local es una pequeña muestra de lo que sucede a nivel nacional. Según las estadísticas de las compañías de seguros más importantes de la Argentina, el robo de ruedas tuvo un crecimiento sostenido desde 2020 a la actualidad.
En 2020, las aseguradoras tuvieron que pagar reposiciones por casi 227.000 ruedas sustraídas. Al año siguiente, las compañías de seguros recibieron 326.000 denuncias por robos de ruedas, es decir, un 44% de aumento. Durante 2022 fueron alrededor de 400.000 los robos. Esto confirma que se trata de un delito de moda, no solo en San Nicolás, sino en toda la República Argentina.