Miles de fanáticos se congregaron en la zona de Corniche, donde se ubica el reloj que fue la cuenta regresiva oficial de la Copa del Mundo. La fiesta se extendió durante más de dos horas, en el mediodía qatarí.
Sobre el final, irrumpió en el lugar la guardia civil local y se terminó la fiesta. Los hinchas argentinos habían “bajado” algunas banderas de otros países para colgar trapos albicelestes. No hubo incidentes ni mucho menos, pero la seguridad local marcó fuerte presencia por primera vez.