Tras haberse suscitado un problema en otra sucursal de Garbarino, desde arriba dieron la orden de cerrar todos los locales hasta tanto se resolviese el conflicto. Según pudo saber EL NORTE, el problema se habría resuelto a la brevedad y las sucursales retomaron sus labores. En nuestra ciudad, volvieron a abrir de manera normal y se mantiene el conflicto por los sueldos adeudados.
De la Redacción de El Norte
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Son de público conocimiento los problemas que está atravesando la empresa de electrodomésticos Garbarino. A nivel país, ocurren hechos que terminan en cierres o conflictos como falta de mercadería. En nuestra ciudad, el mayor inconveniente es la deuda que se tiene con los empleados en relación a los sueldos.
Dos empleados de la sucursal ubicada en calle Mitre y Urquiza, manifestaron que “se nos adeuda el 25% de abril y casi todo mayo. El 4 de julio deberían habernos depositado el sueldo de junio pero todavía no lo han hecho”. En total, son 11 los empleados que dependen de esta empresa y el temor sigue latente de quedarse con las manos vacías.
Una alta fuente reveló que se habría producido un problema en una sucursal de otra ciudad, que hizo que las grandes cabezas corporativas tomasen la decisión de cerrar inmediatamente todos los Garbarino. Al cabo de un corto periodo de tiempo, logró resolverse el conflicto y los locales retomaron sus actividades.
“El lunes volvimos a abrir de manera normal y vamos a seguir trabajando hasta que se diga lo contrario. Sí hay problemas, bajas ventas y demás cuestiones que son de público conocimiento, pero no vamos a cerrar. Garbarino está abierto”, aseveró el gerente de la sucursal local.
“El lunes volvimos a abrir de manera normal y vamos a seguir trabajando hasta que se diga lo contrario“
afirmó el gerente de la sucursal local
En otras ciudades la representación sindical pide la intervención del gobierno nacional entendiendo que se trata de un lockout patronal que afecta a cuatro mil trabajadores, y califican al conflicto como el más grande en la actividad privada en los últimos años. La empresa vació los locales y ahora cerraron por tiempo indefinido más de doscientas sucursales en todo el país.
Garbarino rechazó la oferta de compra que propuso Facundo Prado, propietario de la firma de telecomunicaciones Supercanal Arlink. Pero Carlos Rosales, dueño de la cadena, negocia con nuevos interesados en adquirir el retailer más grande de electrónica y electrodomésticos del país, que acumula deudas por más de $ 4629 millones y tiene en vilo la continuidad laboral de 3800 empleados.
En la búsqueda de un plan B, Garbarino mantiene conversaciones con dos candidatos, cuya identidad aún no trascendió. “Es confidencial. Se revelará en tanto haya avances. Hasta anoche, se consideró la opción de Prado. A partir de hoy, se escuchan otras alternativas. Habrá reuniones con potenciales inversores para encontrar una solución”, explicaron desde la compañía.
La “solución” que se busca es la incorporación de socios, a cambio de un porcentaje accionario, para regularizar la delicada situación que atraviesa la cadena. “La idea no es venderla en su totalidad”, aclararon.