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domingo, noviembre 24, 2024
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Un nicoleño y su perra “Tarja” representaron al país en el Mundial de Adiestramiento en Alemania

Walter Chavarría fue uno de los tres adiestradores que integraron el equipo argentino en el Mundial de adiestramiento de Perros Ovejero Alemán, que se realizó días atrás en Meppen. El nicoleño trabaja desde hace 10 años en la cría de esta raza, y desde hace poco más de 6 adquirió a Tina von Virginia, “Tarja”, con la cual compitió en Alemania entre más de 120 perros de todo el mundo.

Walter y Tarja, en Alemania.

El nicoleño Walter Chavarría, junto a su perra Tina von Virginia “Tarja”, compitieron días atrás en el Campeonato Mundial de Adiestramiento de Perros Ovejero Alemán. El certamen se desarrolló en Meppen, Alemania, y participaron más de 120 perros de todo el mundo. Walter y Tarja, que el año pasado se consagraron subcampeones argentinos de adiestramiento IGP3 del Club Ovejero Alemán (POA), fueron parte del equipo argentino, junto a Osvaldo Lucero (con Facon fortis lupus) y Fernando Laita (con Logan Von laita).

Fue una edición histórica para los adiestradores de nuestro país, ya que por primera vez desde que se compite en este Campeonato, los tres integrantes argentinos lograron clasificar.

“Mi actividad arranca hace unos 10 años aproximadamente, en un principio con la cría y la exposición de Ovejeros Alemanes (OA)”, contó Chavarría, ya de regreso en la ciudad. “En los OA existen dos líneas de crianza, la que se conoce como línea de Estructura, que es el típico perro policía que todos conocemos, el famoso manto negro. Y luego existe otra línea que se llama línea de Trabajo. Ambos perros tienen diferentes características, tanto físicas como de comportamiento”, remarcó el nicoleño, quien viajó a Alemania junto a su hermana Claudia, parte del equipo.

Walter comenzó criando OA de Estructura, y hace poco más de seis años adquirió a Tina von Virginia, una perra línea de Trabajo a la cual apodó “Tarja”, como homenaje a la reconocida cantante de metal Tarja Turunen.

La actividad deportiva

El deporte en el que compiten Walter y Tarja se denomina con las siglas IGP, cuya traducción del alemán sería Pruebas Internacionales de Perros de Utilidad. “La prueba en sí son los exámenes que se le exige a un Ovejero Alemán para poder criar. Tiene que aprobar ciertos exámenes, tanto físico como de temperamento. Y en los perros de línea de Trabajo los exámenes son un poco más exhaustivos. Perfeccionarse en esos exámenes hace que luego se transforme en un deporte. El deporte es un examen de cría llevado al más alto nivel posible.

Todos los perros OA tienen que aprobar un examen, pero a competir van solamente los que lo pueden hacer al máximo nivel”, explicó Chavarría.

El deporte se divide en tres secciones: rastro, obediencia y protección, y se compite bajo un estricto reglamento. 

En la etapa de rastro, el perro debe recorrer un circuito siguiendo el rastro de una persona que una hora antes caminó 600 pasos y dejó tres elementos en el camino, que el can debe encontrar. “Esto requiere mucho tiempo de entrenamiento. Yo pude colocar esta perra en una competencia a los 4 años y medio, y el trabajo de rastro es algo que se hace de cachorro, desde los 4 meses aproximadamente, casi todos los días”, contó Walter.

Argentina tuvo tres representantes en el Mundial de Meppen.

En la prueba de obediencia, se busca que el perro cumpla una serie de órdenes que figuran en el reglamento, como caminar al lado del dueño durante determinada cantidad de tiempo, a distintos ritmos, realizar giros, siempre acompañando los movimientos del dueño y siguiendo sus órdenes, que incluyen sentarse, echarse, quedarse quieto, saltar una valla y trepar. “Son ejercicios que se entrenan de cachorro y en forma muy progresiva”, expresó el nicoleño.

En la etapa de protección, el perro muestra sus instintos de guardia. Tiene que recorrer una serie de carpas y encontrar a un “malhechor”, que es una persona que tiene una protección en el brazo y un bastón en la otra mano. El perro debe enfrentarlo de diferentes formas, siempre siguiendo las órdenes del dueño: primero ladrando (sin tocarlo), y en otro momento mordiéndolo en el brazo que tiene protegido el supuesto atacante.

“El perro lo muerde pura y exclusivamente en la manga de protección, porque están entrenados para eso. No va a morder nunca una pierna, el otro brazo, ni nada, porque al perro deportivo se le enseñó desde cachorro que eso es lo que tiene que morder. Se evalúa la fuerza con la que mordió, la dominancia, etc. Se asegura que tengamos un perro fuerte, que proteja al dueño. Pero a la vez tener el control. Son perros guardianes, de familia, porque pueden ser controlados”, explicó Walter, que se convirtió en el primer adiestrador nicoleño en participar de un campeonato mundial.

En el campeonato Mundial, Argentina terminó en el puesto 20 en la prueba por equipos. A nivel individual, Osvaldo Lucero se ubicó en el puesto 67; Fernando Laita en el 90 y Walter Chavarría en el 92. El campeón fue el estadounidense Erin O’Shea, con su perro Joker von der Beizjagd. El podio lo completaron el serbio Jozef Nemec (con Idol Hanmark) y el alemán Peter Rohde, con su perro Chapa vom Drachenwolf.