Juan Pablo Passaglia regresó a San Nicolás esta semana proveniente de Rumania, donde terminó su segunda temporada en el Politehcnica Iasi. El nicoleño tuvo un muy buen año en lo personal, pero el equipo no pudo mantener la categoría. “Seguramente continúe en el fútbol de Rumania, pero en otro club”, contó.
EZEQUIEL GUISONE
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Juampi Passaglia tuvo una gran temporada en el Iasi rumano, sumándole goles y asistencias y su ya conocido buen juego en el mediocampo. Sin embargo, el equipo no logró zafar del descenso a la segunda categoría, situación que llevó al nicoleño a pensar un futuro en otro club.
“Estuve dos años muy lindos en el Iasi, es una linda ciudad y en lo personal me fue muy bien, jugué siempre y metí varios goles. Ahora seguramente vuelva para Rumania, pero a otro equipo. Estoy esperando, tengo algunas ofertas. Hay que pensar y tratar de elegir bien a qué club vas a ir, la ciudad, el entrenador, cuál es la apuesta deportiva del club, tenés que analizar varias cosas”, contó el nicoleño en diálogo con “La Deportiva”, que se emite por Radio U.
El volante llegó a la ciudad proveniente de Europa apenas unas hora antes de que se decretase un nuevo confinamiento estricto. “Una locura lo mío venir en esta época, pero tenía muchas ganas de ver a la familia y los amigos”, reconoció. “Hace dos años que estoy en Rumania; el finde pasado terminamos la temporada y tenía muchas ganas de venir, sabía cómo estaba la situación acá, pero por suerte pude entrar a San Nicolás, a mi casa. Ahora mucho no se puede hacer, pero tenía muchas ganas de ver a mi familia”, expresó.
Respecto de su vida en Rumania, Passaglia contó: “La ciudad se llama Iasi, y es la segunda o tercera más importante del país. Es una ciudad muy linda, especialmente en primavera-verano, porque el invierno es un poco crudo, llegó a hacer 20° bajo cero, y a las 4 o 5 de la tarde ya es de noche, así que es un poco triste”. En ese sentido, agregó que “No me costó adaptarme. Cuando llegué había tres españoles en el equipo y eso siempre viene bien por el idioma. Después con el inglés me manejo bastante bien, que se usa mucho porque hay muchos extranjeros, y por suerte también empecé jugando casi de entrada y me fue bien, así que eso siempre sirve mucho para la adaptación, porque al final lo más importante es estar jugando y estar contento en el equipo, después lo demás es secundario. Me ha tocado estar en ciudades hermosas, pero si no jugás y no te va bien en el fútbol la verdad es que no lo disfrutás”.
Volante moderno
Llegar más seguido al gol le dio otra visibilidad al juego del nicoleño, lo que en el futuro inmediato le permitirá abrirse un nuevo camino dentro del mismo fútbol rumano. “Por ahí en mi carrera no le había dado tanta bola al tema del gol. Para escalar divisiones, principalmente cuando estás en el ascenso, se hace más fácil si metés goles. Quizás para un 10 o para un 9 se hace más fácil, pero para un 5, para un defensor, como no te siguen mucho los partidos, no se televisan… es más difícil. En estos dos años le agarré más el gustito. Siempre supe la importancia de convertir, pero ahora me preocupo un poco más, tal vez en las pelotas paradas, en cada ocasión trato de ir con convicción para tratar de meter un gol”, analizó el nicoleño, y continuó: “Trato de sumarle eso a mi juego, gol, que te hace más completo. Hacer hincapié en el tema de los números, que los clubes y representantes se fijan mucho en eso. El promedio de goles y de asistencias es muy importante, más allá de después hacer buenos partidos o no”.
Respecto a la posibilidad concreta de cambiar de club dentro mismo del fútbol rumano, Passaglia señaló: “Un poco mi sueño, mi objetivo, es tratar de jugar alguna competencia europea,… es lo que apunto. Tratar de mejorar mi club actual. Desde hace un par de años es mi objetivo, tratar de ir mejorando. En el fútbol nunca se sabe cómo puede terminar, pero tengo muchas ganas de seguir creciendo, me encuentro muy bien físicamente y eso también es importante”.
Atrás en el tiempo
Indagando sobre los mejores momentos de su carrera, recordó al Defensores que comenzó su camino en el Argentino A. “El equipo jugaba muy bien, era más fácil para todos. Había uno que hacía la diferencia que era Vecchio, que hoy en día lo vemos en Central. Después había jugadores muy buenos, estaba Facu Górriz, Cacu Cartechini, Hernán Ruben, todos buenos jugadores y buena gente”.
“A veces tenés un gran año pero al equipo no le va bien, entonces no tiene mucha valoración en general”, analizó más tarde. “Siento que cada año voy mejorando. Creo que estos dos años que estuve ahora en Rumania fueron muy buenos. En Barracas también me fue muy bien, quizás como años anteriores pero el equipo jugaba muy bien y salimos campeones, y eso tuvo mucho más trascendencia. Al final siempre es muy importante cómo le vaya al equipo. Te diría que los últimos años fui mejorando, uno va creciendo como jugador, va teniendo más experiencia, sabe manejar más situaciones. Le fui prestando cada vez más atención a los detalles como entrenar más, siempre fui bastante disciplinado en ese sentido, pero últimamente más todavía, por ejemplo con la nutrición… detalles que son muy importantes en el alto rendimiento”, puntualizó.
Recordó entre los técnicos que más lo “marcaron” a Gabriel Gómez en Defensores (“Era un poco duro en el día a día”, tiró entre risas”) y a Reinaldo Merlo, a quien idolatraba por ser hincha de Racing. A “Mostaza” lo tuvo en Douglas de Pergamino, paradójicamente el club en el que más sufrió. “Quizás fue en donde menos jugué, más allá de que jugué bastante, pero nunca me sentí tan cómodo por varias cuestiones. Estaba cerca de mi casa, pero cuando no estás jugando es como que no disfrutás mucho el día a día. Peleamos el descenso todo el año y zafamos al final. Fue bastante estresante”, remarcó el nicoleño, que mañana lunes cumplirá 32 años y que imagina varias temporadas más jugando lejos de casa. “Desde lo deportivo me gusta Europa, pero si la oferta es buena, no le cierro la puerta a ningún lado”, concluyó.