Las columnas de humo en el humedal volvieron a ser visibles desde nuestra ciudad. Este año hubo más de 5500 puntos rojos y la retirada del Paraná no ayuda a controlar las quemas intencionales.
El año pasado, los incendios -que según el Plan Nacional de Manejo del Fuego fueron en más de un 90 por ciento causados por el hombre- afectaron a más de medio millón de hectáreas a lo largo del Delta del Paraná. Hubo reuniones de autoridades, envío de efectivos y aeronaves de Nación para apagar los incendios y hasta instalación de los llamados Faros de Preservación para detectar focos en forma temprana y minimizar daños.
Pero el fuego volvió: hubo denuncias en marzo, abril y mayo últimos, y ahora otra vez se encienden las llamas. A ello se suma un contexto de bajante del río con menos tierra firme sobre el agua, donde los riesgos para la flora y la fauna pueden ser graves, en momentos en que los territorios distan de recuperar lo que fue arrasado a lo largo de todo un año.
