San Nicolás tiene una gran cantidad de vecinos que necesitan buscar un plato de comida por comedores y merenderos. Según afirman responsables de los mismos, en la mayoría ha crecido un 50%. “La situación está cada vez peor, tenemos que dar viandas y a otros los hacemos quedar dentro del comedor. Debido al aumento de gente, tuvimos que administrar los días que realizamos la comida. Por ejemplo, ahora solo funciona el comedor tres veces por semana”, contó la responsable del comedor Refugio de Amor.
De la Redacción de El Norte
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La difícil situación económica de nuestro país, no es ajena en San Nicolás. En los últimos meses, más aun en abril y mayo, la cantidad de vecinos de nuestra ciudad que asiste a merenderos o comedores ha crecido significativamente. Según pudo saber EL NORTE, creció un 50% el número de personas que busca un plato de comida.
Sin embargo, no solamente se agravó el problema de la cantidad de personas, sino que, además, hay nicoleños con empleo que deben ir a buscar un palto de comida ya que no llegan a fin de mes. “La última semana de mayo fue devastadora. Nosotros siempre albergamos mucha gente, pero estos días estuvimos desbordados. No solo vienen vecinos del barrio, se nos suman de otros también”, enfatizó Luis Madera, responsable de ONG Jóvenes Valientes que tiene un merendero en barrio Virgen de Luján.
Julia Castiglione, quien se encuentra a cargo de varios merenderos en nuestro distrito, afirmó que “fácilmente aumentó el doble en los últimos meses. Nosotros tenemos cerca de 130 personas por merendero y 130 por comedor. Algunos lugares los tenemos juntos y es muy doloroso ver que tanta cantidad de personas necesiten un plato de comida”.
Vale recordar, que EL NORTE había realizado un informe al respecto de cuántas personas asistían a comedores y merenderos. El número era significativo, hoy ese valor ha crecido enormemente. También, debieron crearse nuevos espacios para que se puedan juntar a retirar viandas. No obstante, hubo otros que debieron cerrar debido a la exigencia, como es el caso de barrio Astul Urquiaga.
“Lamentablemente, debido a una situación que nos excedió, tuvimos que cerrar definitivamente el comedor que teníamos en barrio Astul Urquiaga. Era mucha la gente que asistía y las donaciones no alcanzaban. Nosotros poníamos de nuestro bolsillo, pero tampoco era suficiente. Nos dolió mucho, pero seguimos ayudando a otros comedores para que toda esa gente que iba, tenga la posibilidad de seguir contando con un plato de comida”, manifestó la responsable del lugar.
Liliana Vivas, del Comedor Refugio de Amor, de zona norte, aseveró que “debido a la cantidad de gente que empezó a ir al comedor, tuvimos que administrar los días en los que realizábamos la comida. Antes podíamos solventar un plato de comida todos los días, ahora son tres veces por semana. Las donaciones no alcanzan y hasta vemos que vienen de otros barrios a buscar”.
Trabajadores
Históricamente, las personas que, desafortunadamente, no tenían empleo o bien les era difícil de conseguir, asistían a comedores y merenderos. Sin embargo, hoy van, según contaron los responsables de dichos lugares a este diario, nicoleños que están con trabajo, ya sea formal o informal, debido a que les cuesta mucho llegar a fin de mes.
En un merendero de zona sur, este medio dialogó con Sebastián, albañil, quien manifestó que “debo admitir que cuesta mucho conseguir trabajo. Desde ya que, afortunadamente, he conseguido alguna obra, pero para mantener a mi familia no alcanza. Tengo tres hijos, mi esposa no trabaja porque una de las nenas tiene seis meses, entonces se hace cuesta arriba”.
De inmediato, agregó que “si no fueses por merenderos o comedores, porque a veces voy a distintos, creo que costaría más llegar a fin de mes. Más que nada porque como padre no quiero que le falte nada a mis hijos, sinceramente me hace estremecer la situación. He buscado otros trabajos, pero todavía no tengo resultados”.
No solo comida
Si bien, tal como sus nombres lo indican, en merenderos y comedores se buscan platos de comida, la problemática social de los vecinos que asisten llevó a que deban, también, ayudarse de otra manera. Hoy, es común que en estos lugares, se ayuden a los menores escolarizados con sus tareas, incluso dándoles útiles; como así también ropa para toda la familia.
“Las donaciones para nosotros son muy importantes. Hace tiempo que tuvimos que incorporar a los pedidos habituales de alimentos, cosas como útiles escolares, ropa, frazadas, electrodomésticos y juguetes. Todo con la idea de poder ayudar a las personas que no tienen hoy la posibilidad de salir a compararse un jean, por ejemplo, que cuesta $13.000”, contó la responsable de un merendero de zona oeste.
En tal sentido, son muchos los que adquirieron esa modalidad. De hecho, no solo aportan los elementos materiales, sino que, además, en algunos merenderos ayudan a los niños y niñas con la tarea.
“Nos involucramos mucho con todos los niños que vienen a nuestro comedor. Tomamos la determinación de ayudarlos los tres días a la semana que damos la comida. Entonces, ellos saben que tienen que venir antes, hacemos la tarea juntos y ya cerca de las 20:30 estamos entregando las viandas. Esto lo hacemos porque sabemos que hay padres que no pueden o tal vez algunos que no son muy presentes, entonces no creemos que justo que ese niño o niña no pueda hacer la tarea”, aseguró una de las ayudantes de un merendero de zona sur.
Con el venidero Día de las Infancias, los merenderos y comedores iniciaron ya la campaña para recolectar juguetes, nuevos o usados, con el fin de ir adelantando el trabajo de acondicionamiento de los juguetes que no estén en un óptimo estado. También, piden golosinas, para armar bolsitas con esas delicias dulces que tanto aman los niños.
Nidia, de otro merendero de barrio Virgen de Luján, afirmó que “ya comenzamos con la campaña para que, quienes pueda, nos donen juguetes. Queremos que todos los niños y niñas que no tienen hoy un buen pasar económico, tengan igualmente sus juguetes ese domingo de agosto y lo puedan disfrutar como todos”.
De inmediato, agregó que “tenemos la idea de hacerlo en el salón comunitario del barrio, con una gran fiesta para que vengan ellos con toda la familia. Nos gusta pensar que les podemos dar un día distinto, hacerlos pasar un momento especial donde ellos sean los protagonistas y, desde ya, donde reciban un juguete para divertirse en sus casas”.