El exsecretario de Seguridad de la ciudad colombiana habló en Radio 2 y una frase en particular destacó de su relato: “Los abandonados comenzaron a sentirse parte de la ciudad”.
Hacia el año 1993 la ciudad de Medellín, Colombia, llegó a un grado de violencia impensado: 382 homicidios por cada cien mil habitantes, que la convirtieron en ese momento en la ciudad más violenta del mundo, marcando un récord de muertes.
Sin embargo años después, esa cifra se modificó rotundamente gracias a un cambio de paradigma desde los gobiernos.
Ante las situaciones de muerte y violencia que se vive en Rosario en estos días, Radio 2 buscó la palabra de un especialista, que participó del proceso de pacificación de Medellín.
“Llegaron decisiones importantes que hicieron disminuir paulatinamente los casos de homicidios. Un cambio de gobierno, un nuevo modelo que hace que se mire más las condiciones sociales del lugar”, apuntó en el programa De boca en boca, Andrés Felipe Tobón Villada, politólogo y ex secretario de Seguridad y Convivencia de Medellín.
En este sentido, resaltó la relación directa entre pobreza y violencia. “Cuándo faltan oportunidades, los jóvenes ven en el narcotráfico y el crimen una opción y al ser convocados, participan activamente”.
“Los gobiernos invirtieron recursos muy importantes en los lugares que habían sido históricamente olvidados e instalaron la lógica de lo mejor para los más pobres”, contó el politólogo. Y agregó: “Fue una lectura de ciudad en la que los abandonados comenzaron a sentirse parte de la ciudad”.
Después de 2003, cuando el Estado de Colombia pudo negociar con los bloques de autodefensas del país, llamadas estructuras paramilitares, llegó la mayor disminución de homicidios. “Esto también generó criminalidad informal que no se puede ignorar”, recordó.
Para 2007, cuando extraditaron a los criminales más populares de Medellín, la ciudad perdió la capacidad de control y se rompió la burbuja. Regresaron los homicidios por confrontaciones de poder. Y el combate contra la delincuencia volvió a comenzar.
“La acción del Estado favorece que la gente no vea en el crimen la única opción, pero también el sector privado debe dar oportunidades a los jóvenes en educación, empleo y emprendimiento”, aseguró Tobón Villada.
En relación a la corrupción policial, el ex secretario de Seguridad y Convivencia de Medellín dijo: “Se hizo un trabajo de contrainteligencia que permitió un control afuera y adentro del sistema judicial para sacar de circulación a quienes desde el estado no permitían combatir la delincuencia”, contó.
Para concluir, apuntó que “entre 2016 y 2019 hubo más de 600 desvinculaciones en las fuerzas e investigaciones que dieron con capturas. Hay que tener esa doble tarea de investigación criminal, hacia la estructura y la delincuencia”.