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sábado, noviembre 23, 2024
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LA RELACIÓN ENTRE DIEGO Y PELÉ

Estos legendarios futbolistas se conocieron por primera vez en Rio de Janeiro, cuando el astro argentino tenía 19 años. El desgaste por las constantes comparaciones, un pase frustrado al Santos y el reencuentro especial en la TV.

Diego Maradona no había nacido cuando Pelé levantaba, con 17 años, su primera Copa del Mundo con la selección de Brasil en Suecia 1958. Estaba cerca de cumplir dos cuando O Rei conquistaba su segundo Mundial, en Chile 1962 y 9 el día que Edson Arantes do Nascimento celebraba la triple corona en México 1970. El mundo se rendía a los pies del delantero oriundo de Mina Gerais que brillaba en el Santos. Nadie se imaginaba que tan pronto emergería una nueva estrella sudamericana capaz de tener tanto potencial como para disputarle el trono.

Diego crecía y daba sus primeros pasos en el fútbol profesional en Argentinos Juniors y Pelé cerraba su exitoso ciclo de 18 temporadas en el Santos con una marca de más de mil goles contando partidos oficiales y amistosos. El brasileño pasó al Cosmos de Nueva York de una liga estadounidense que estaba emergiendo para cerrar su carrera. El primer encuentro entre ambos estaba cerca.

El zurdo de Villa Fiorito siempre tuvo el deseo de conocer a aquel goleador que tanto admiraba por sus hazañas en el fútbol, más allá de tener la camiseta rival. Y el sueño del pibe que estaba próximo a salir campeón con la Selección Sub 20 de Menotti en el Mundial de Japón 1979 se hizo realidad un 9 de abril. El escenario fue la residencia de Pelé en Copacabana, Rio de Janeiro.

El esperado encuentro cumbre de estrellas fue gestionado por la reconocida revista El Gráfico y Maradona se tomó el vuelo rumbo a Rio a las apuradas, luego de terminar el partido que jugó con el Bicho en el estadio Tomás Adolfo Ducó ante Huracán. “Me conformo con que me dé cinco o diez minutos”, decía aquel Diego de 19 años con incertidumbre. Terminó siendo una charla interminable con anécdotas, abrazos, consejos de vida, regalos y hasta una guitarreada de parte del anfitrión.

La admiración de Pelé hacia Maradona se vio plasmada en un hecho que podría haber sido histórico para los amantes del fútbol. O Rei quiso llevar a Diego al Santos. Corría el año 1995 y el argentino estaba suspendido por la FIFA tras haber dado positivo de efedrina el control antidoping en el Mundial de Estados Unidos. En ese momento estaba dirigiendo a Racing cuando llegó la impensada propuesta.

Contrato frustrado

El diario Folha de Sao Paulo reveló algunos detalles de la operación frustrada. El plan del ídolo brasileño era llevar al argentino para terminar con una extensa sequía del Peixe. “Se espera que el jugador Diego Maradona, de 33 años, firme un contrato definitivo con Pelé Sports & Marketing la próxima semana. El director del proyecto de la compañía, Roberto Seabra, de 53 años, dijo que Pelé y Maradona deberían reunirse para firmar el contrato en la ciudad de San Pablo”, publicaba el periódico paulista. El contrato era por dos temporadas a cambio de USD 4 millones. El final de la historia terminó con el Pibe de Oro regresando a Boca Juniors.

Entre medio de esos dos sucesos, el Pelusa ya se había convertido en héroe al levantar la Copa del Mundo en México 1986, donde además marcó el famoso Gol del Siglo ante Inglaterra en el Estadio Azteca. Las comparaciones con Pelé comenzaron a brotar por todas partes y llegaron a los oídos de los protagonistas que respondían al juego mediático. “Pelé es un fenómeno, pero cuando salían a la cancha yo seguía a Rivelino”, decía Diego con su estilo siempre pícaro. “Maradona es un gran jugador, pero no patea con la derecha y no hace goles con la cabeza. El gol más importante con la cabeza fue con la mano”, devolvía la gentileza el brasileño…

La relación se tensaba y las frases iban subiendo de tono, como cuando el 10 argentino lanzó comentarios que se viralizaron en épocas donde todavía no existía esa definición o incluso estuvieron completamente fuera de tono. “Pelé debutó con un pibe y le pegó a la mujer”, “es un esclavo y le vendió el corazón a la FIFA”, “que vuelva al sarcófago” o “dice que es el Bethoveen del fútbol, yo soy el Keith Richards, el Bono del fútbol. Cuando se le cruzan las pastillas dice estupideces”. La relación pasó del amor al odio y Pelé contraatacaba: “Amigos argentinos, primero definan quién es el mejor en su país y después, quién es el mejor del mundo. Para mí (Alfredo) Di Stéfano era más completo”.