Un grupo de jóvenes, que huía de otra banda, irrumpió en su comercio y provocó daños en el lugar. Este fue uno de los tantos lugares que fueron vandalizados el 25 de diciembre, en el que los festejos por Navidad se salieron de control.
Inés Hernández es la propietaria de Granja Mily. El comercio fue atacado, literalmente, cuando un grupo de jóvenes huía, en pos de buscar refugio. Rompieron la parte trasera del comercio tratando de evitar que otro grupo los alcanzara e ingresaron al lugar. Inés, lejos de mostrarse enojada relató el suceso y expresó su preocupación por los hechos de vandalismo. Dijo que no va denunciarlos “a los pibes los conozco, conozco a sus familias. Les pido que no vuelvan a hacer nada más malo”. La noche del 25 fue caótica en las calles de la ciudad de Ramallo. Granja Mily fue uno de los lugares vandalizados.
Inés está preparando el menú del mediodía en Gran Mily, habla tranquila. No está enojada. Recibe a este cronista mientras organiza el trabajo de la cocina. Se la nota triste. Sus palabras son medidas. Ella como muchos desea que se corte la seguidilla de daños en los espacios públicos como privados.
El relato de Inés
“Era una barra de chicos que venían festejando y venían disparando porque otra barra de pibes los quería golpear, y entraron en el local. Los papás me han llamado más de uno pidiendo disculpas. Me gustaría decirle que es lindo divertirse, pero que lo hagan sanamente. Si una copa (por el mundial de Qatar) nos unió a todos los argentinos para estar bien, porque no toman esa misma actitud, es feo lo que hicieron, pareciera que salen a robar y le hacen pasar un mal momento a sus papás” expresó.
En la continuidad del diálogo agregó “decidí no hacer la denuncia porque me parece un poco feo que estén dos o tres horas en la comisaría y después salen, le hacemos pasar un mal momento a ellos y a sus papás. Cuiden su pueblo, no destruyan. No me gusta tomar represalias. Los papás que se queden tranquilos que no voy a hacer la estupidez de denunciarlos y que pasen un mal rato después que los llame la policía, eso no sirve”.
Luego afirmó: “Le digo a los pibes ‘salgan diviértanse sanamente, no hagan vandalismo, en todas las épocas estábamos alegre pero no salíamos a destruir’. Es un mensaje de corazón que les quiero dejar”.
“Yo estoy construyendo y se metieron por la parte de atrás. Hay un cable con electricidad en la parte del patio y si tocaban ese cable, había un muerto, una locura. Mi hija volvía de la fiesta del río y los escuchó y llamó a la policía, que hizo un gran trabajo con los chicos” agregó.
En el final de la entrevista contó “yo estaba durmiendo y no escuche nada. Mi hija volvió con mi yerno y escucharon y llegaron con la policía. Los identificamos por las cámaras, las cámaras de casa fueron las que los identificaron. Las familias me contactaron con mucha vergüenza. Hable con los padres y le dije que no se vuelva a repetir. Las madres me los entregaban para que los llevara a la policía. Les dijo no, no, yo no quiero avergonzar a las familias. Mi mensaje es que no lo vuelvan a hacer, no quiero que ellos vayan a la policía, sino que no lo vuelvan a hacer”.
