El ataque armado contra una catedral de la Iglesia ortodoxa ucraniana canónica en la ciudad de Cherkasy tuvo lugar este jueves.
La Oficina de Derechos Humanos de la ONU ha condenado el asalto armado a una catedral de la Iglesia ortodoxa ucraniana canónica (UPTs), prohibida en agosto por el régimen de Kiev. El ataque se produjo este jueves en la ciudad de Cherkasy.
“Si bien aún no podemos confirmar los detalles específicos de estos acontecimientos, enfatizamos que la libertad de religión es un derecho humano fundamental”, destacó Thameen Al-Kheetan, representante oficial de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH).
“Los ataques contra creyentes civiles están prohibidos por el derecho internacional humanitario y de derechos humanos”, aseveró, agregando que la Misión de Observación de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas en Ucrania (HRMMU) está recopilando información adicional sobre tales incidentes.
Previamente, el servicio de prensa de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU calificó de “alarmantes” los sucesos violentos que tuvieron lugar en Cherkasy.
La UPTs ha sido objeto de persecución por parte de las autoridades ucranianas durante los últimos años. Desde el inicio del conflicto con Rusia, expulsiones de clérigos y registros, así como agresiones, se han reportado en diversas regiones de Ucrania e incluso han llegado a la sede principal de la UPTs en la capital.
A finales de agosto, el líder del régimen de Kiev, Vladímir Zelenski, firmó una ley que prohíbe la actividad de la UPTs en el territorio de Ucrania. En detalle, la ley restringe los vínculos de las organizaciones religiosas con la Iglesia ortodoxa rusa y establece un plazo dentro del cual las entidades ucranianas deben romper dichas relaciones.