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miércoles, diciembre 11, 2024
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LA HISTORIA DE SARA ALDRETE: LA “NARCOSATÁNICA”

LIDERÓ UNA SECTA QUE MATÓ A 16 PERSONAS Y LOS OFRENDÓ EN SACRIFICIOS SATÁNICOS

A su secta, le hacía creer que si bebían sangre humana podían hacerse invisibles. Ella siempre sostuvo su inocencia y hasta escribió un libro en la cárcel, en el que contó su visión de los hechos.

Por Gastón Marote
Noticias Argentinas

Sara Aldrete, más conocida como “La Narcosatánica” o “La Madrina” fue condenada a 62 años de prisión tras comprobarse que mató a por lo menos 16 personas -se sospecha que pudieron ser más de 26- impulsada por el líder de una secta para ofrecerlos en ritos satánicos.

Nacida el 6 de septiembre de 1964 en Matamoros, México, Aldrete, asistió a la preparatoria en Brownsville, Texas, Estados Unidos, mientras todavía vivía al sur de la frontera, y obtuvo el estatuto de residente extranjera para poder asistir a la Universidad de Texas Southmost.

Los compañeros la tenían como una buena estudiante hasta que conoció a Adolfo de Jesús Constanzo, un cubano que lideraba una secta, y le presentó la santería.

Este hombre, además de darle el sobrenombre de “La Madrina” e iniciarla en el culto satánico, le enseñó rituales con sangre y les hizo creer a los demás integrantes de esta secta que si bebían sangre humana podían hacerse invisibles.



Constanzo abusaba sexualmente y luego asesinaba a narcotraficantes para después usar las partes de sus cuerpos para ceremonias de sacrificios rituales en un viejo almacén cerca de Matamoros del cual Sara era cómplice.

Muchas de las partes de los cuerpos de sus víctimas eran cocinadas en una olla grande llamada nganga.

En 1989 se tornaron más frecuentes los homicidios, pero ala Policía le llamó mucho la atención el crimen del turista estadounidense Mark J. Kilroy, quien era estudiante de la Universidad de Texas que estaba de vacaciones.

Kilroy fue secuestrado, y el gobierno mexicano, al tener la presión de los Estados Unidos aprovechó e inculpó a éstos diciendo que era uno de los 13 cuerpos encontrados.

Constanzo y el resto de los miembros de la secta escaparon cuando los investigadores descubrieron su “santuario”, donde había cabello humano, cerebros, dientes y cráneos.
Aldrete era la segunda al mando mientras el líder traficaba ​marihuana a los Estados Unidos y se encargaba de reclutar gente para este grupo, mediante adoctrinamientos.



La Policía, finalmente encontró su escondite en la Ciudad de México el 6 de mayo de 1989, tras una serie de pistas e incluso una carta de Aldrete, en la cual decía que era víctima de esta secta, en lo que fue una treta para engañar a los investigadores, ya que sabía que los iban a detener en algún momento.

Los efectivos fueron recibidos con una lluvia de dólares y disparos de armas largas.
Costanzo y uno de sus cómplices fueron asesinados durante el tiroteo, pero supuestamente los mataron otro de sus miembros aparentemente a instancias del mismo líder.
Sin embargo, se sospecha que los mataron, porque también sabían que estaban involucradas en la secta personas famosas y muy conocidas.

​ Los únicos tres integrantes del grupo que salieron de allí con vida y fueron detenidos fueron Aldrete y otros dos miembros, pero uno logró escapar después de prisión y el otro falleció en la misma.

Por lo tanto, “La Narcosatánica” fue la única condenada por encubrimiento, homicidio y asociación delictuosa en 1990.

Recibió apenas seis años de prisión, pero en un segundo juicio fue sentenciada por varios delos crímenes de la secta a 62 años de prisión.



Aldrete sostuvo siempre en la cárcel que eras inocente y luego de recorrer varios penales, pidió la excarcelación para pasar los últimos 20 años que le quedan de condena bajo vigilancia.

Actualmente se encuentra en el penal femenino de Tepepan, donde escribió un libro llamado “Me dicen la narcosatánica”, en el que cuenta la historia desde su visión.