En una recorrida por el centro nicoleño, EL NORTE constató –en plena remarcación de precios– que la pulpa y el asado no bajan de $4000 el kilo, cuando semanas atrás se conseguían a $2200 o $2500. “Esperemos que el Gobierno haga algo, porque es una suba grandísima”, comentó un carnicero. “La gente se asusta apenas entra, pero después se acostumbra porque lamentablemente no te queda otra”, agregó el encargado de otro local del rubro.
De la Redacción de EL NORTE
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Tras conocerse el índice de inflación de julio difundido por el Indec este martes, que informó que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) fue del 6,3%, y la devaluación del peso del lunes, el mercado de la carne se suma al momento de incertidumbre que vive la industria con respecto a los precios.
Panorama que se vio plasmado rápidamente en las carnicerías de nuestra ciudad, donde entre martes y miércoles de esta semana se registraron subas de precios en mostrador que promediaron el 45 por ciento.
En una recorrida céntrica, EL NORTE constató –en plena remarcación de precios– que la pulpa y el asado no bajan de $4000 el kilo, cuando semanas atrás se conseguían a $2200 o $2500.
“En un principio dijeron que iba a haber un aumento del 30 por ciento, pero a eso se sumó el 22 por ciento de la devaluación del lunes, que se transformó en un 45 por ciento o más que subió la carne para el consumidor final. Esperemos que el Gobierno haga algo, porque es una suba grandísima”, comentó un carnicero a este medio. Quien detalló que a ello se agrega un 46 por ciento de aumento en el pollo, y el cerdo que había tenido un 18 por ciento de aumento y el lunes volvió a subir un 6 por ciento más.
“No hay maíz, no hay precio, no hay insumos porque no se consiguen vacunas para los animales. Es preocupante el tema”, marcó.
En tanto, el encargado de otra carnicería céntrica describió: “La gente se asusta apenas entra, pero después se acostumbra porque lamentablemente no te queda otra. Esperemos que no suba más, porque bajar no creo que baje”.
Escenario “complicado”
El vicepresidente de la Cámara Argentina de Matarifes y Abastecedores (Camya), Sergio Pedace, consideró que el escenario que vive la actividad es muy complicado. A la sequía, el dólar maíz [que ya se acabó luego de que el dólar oficial lo superara con el corrimiento del tipo de cambio] ahora se suma “la devaluación, el dólar libre que están viendo los exportadores a futuro y la fuerte demanda de carne de los restaurantes que reciben turismo”.
“No hay que olvidarse de la sequía, nosotros sabíamos que en algún momento nos iba a impactar con la falta de hacienda. Esta suba del 50% se dio ahora, cuando nosotros pensábamos que iba a ocurrir en octubre, porque este 22% de devaluación activó todo. Este incremento va a ir al mostrador y no sabemos cuál es la suba de esta semana del precio del novillo. Y vamos a ver en dónde quedan los valores de la carne vacuna estos días como techo”, anticipó este martes.
Haciendo un promedio de las diferentes categorías de vacas y novillos más livianos, el presidente de la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes, Miguel Schiariti, dijo que el aumento giró en torno al 30%. “El aumento de precios se va a sentir en los mostradores”, explicó. El valor promedio de la carne en gancho (de la media res) ya está estar en $1900 el kilo.