Tras una década fuera del básquetbol de San Nicolás y luego de haber pasado los últimos seis años de su vida en Australia, Jony regresó a Villa Constitución para estar con su familia. Allí, al ex Regatas, Belgrano y Riberas, se le dio la posibilidad de volver a las canchas en el Prefederal, vistiendo la camiseta de Sacachispas.
Como la de cualquier aventurero, una parte de la vida de Jonathan Covinich merece ser contada. Al menos en cuanto a lo deportivo tiene varios capítulos que vale la pena señalar. Como Juvenil, integró los planteles profesionales de Regatas y Belgrano en el viejo TNA. En esa etapa, se enfrentó con Facundo Campazzo y Nicolás Laprovitola jugando para la Selección de Río Negro. Luego fue campeón con Riberas de la Primera local, y sobresalió en la poderosa Liga Rosarina, mientras estudiaba kinesiología. Y de repente nada más se supo de él. Hasta las últimas semanas. Después de haber pasado los últimos seis años de su vida en la lejana Australia, Jony regresó a Villa Constitución para compartir un tiempo con su familia. Allí se le dio la posibilidad de volver a la actividad en el Prefederal de Básquet, vistiendo la camiseta de Sacachispas.
“La verdad que estoy contento de estar nuevamente en una cancha. Se dio todo de sorpresa, había llegado y después de la primera semana se dio la posibilidad de ir a entrenar al club y después de ahí surgió la idea de sumarme al equipo”, le contó a EL NORTE el basquetbolista de 33 años, que el domingo sumó 29 puntos (5-5 en dobles, 5-11 en triples y 4-5 en libres), 6 rebotes y 3 asistencias en el histórico triunfo que consiguió “Saca” de local frente a CADU de Zárate en el marco del Grupo A de la Región Norte. “Fue un partido lindo, la verdad que estoy feliz de cómo se dio todo, porque veníamos entrenando en la semana a un ritmo muy bueno y se vio que ese trabajo es un reflejo de lo que uno hace después en la cancha”, comentó el escolta, señalando al mismo tiempo que lo se ve sobre la madera tiene un correlato con la actualidad que transita Sacachispas como institución. En ese sentido, encontrarse con el club como está hoy por hoy y participando de una competencia semi profesional “no fue una sorpresa” para él. “Conociendo ya a los dirigentes y a un poco al cuerpo técnico también y todo lo que venían haciendo durante los últimos años, todo el esfuerzo y la dedicación que ponen, tiene su premio. Es una felicidad que el club esté en esta situación y que le esté brindando la posibilidad a los chicos de poder jugar un torneo que te abre puertas hacia un nivel superior”, valoró Covinich, quien luego contó que su llegada a la entidad de calle Dorrego se dio con la idea de mantenerse en forma desde lo físico. “Sacachispas me brindó la posibilidad de volver a entrenar, porque primero esa fue la idea. Después conocí al plantel, un plantel hermoso, porque todos los chicos son súper buena onda y salió la chance de poder incorporarme al equipo”, relató el villense, de a poco poniéndose en ritmo “en la parte física”.
Hace diecisiete años su nombre formó parte de una muy buena camada que le dio un título regional a Regatas, que, dirigido por Nicolás Arámburu, se consagró campeón del Zonal Sub-17 de Zona I. Esas actuaciones lo llevaron a integrar el plantel profesional del Náutico, que por entonces militaba en el TNA, con Jorge Acosta como DT. Posteriormente emigró a la provincia de Río Negro –a Bariloche más precisamente-, en donde había residido un tiempo atrás junto a su familia. Jugó la Liga Patagónica en Atenas y Jorge Newery de Carmen de Patagones. Y luego se incorporaría en 2009 a Belgrano, también en la segunda categoría. “De esa época tengo unos recuerdos inolvidables, la verdad que tanto en Regatas como en Belgrano me dieron todo y aprendí muchísimo, entrenando con jugadores de gran nivel”, recordó.
Sin embargo, a Covinich en el ambiente basquetbolístico nicoleño más se lo recuerda por haber sido una de las principales figuras –junto a Rodrigo Ferroni y Juan Manuel Ciudad- en el campeonato que obtuvo en la Primera local Riberas en 2011, venciendo por 2 a 1 en la serie final a Automóvil Club (en donde jugaban Patricio Rodríguez, Caco Colla e Iván Zuelgaray, por citar a los principales baluartes). “Ese logro fue algo que no esperábamos, pero se fue dando solo, y terminó siendo algo muy importante para el club, y una experiencia muy linda para todos los jugadores”, rememoró.
Su vínculo con la anaranjada se mantuvo luego cuando decidió enfocarse en sus estudios universitarios. Mientras afrontaba la carrera de kinesiología, despuntó el vicio en Rosario, actuando en Regatas, Libertad y Los Rosarinos Estudiantil.
Ya con el título bajo el brazo, inquieto e intrépido, decidió largarse a la aventura. Fue allí cuando emprendió viaje hacia Australia, de donde regresó este año. “Estaba un poco ya cansado de estar moviéndome de un lado para el otro, así que quería estar un poco más tranquilo y empezar a armar un poco de base acá en Argentina. Por el momento voy a estar acá en Villa hasta fin de año y después me voy a ir hacia Bariloche, porque tengo unos planes por ahí, en donde vive mi hermano”, manifestó.
No obstante estos proyectos, Covinich no descarta “seguir jugando allá si se presenta la oportunidad”, según apuntó. Porque el básquet es para él “un cable a tierra”. Lo que lo conecta con su pasado. Y lo que lo sigue motivando en el presente. Como en todo explorador, el futuro, ya se verá.