El ministro japonés de Finanzas, Shunichi Suzuki, dijo que las autoridades estaban analizando no sólo las recientes caídas del yen, sino también los factores que las impulsan, y reiteró que Tokio estaba preparado para responder a cualquier oscilación excesiva de la divisa
Shunichi Suzuki, ministro japonés de Finanzas, señaló que los responsables del Grupo de las 20 principales economías, que se reunirán en Washington la próxima semana al margen de las reuniones de primavera boreal del Fondo Monetario Internacional, podrían discutir los movimientos de divisas como parte de los temas de debate.
Aunque la debilidad del yen aporta algunos beneficios e inconvenientes a la economía, puede perjudicar a los consumidores al hacer subir la inflación, afirmó.
“No puedo comentar específicamente los recientes movimientos de las divisas. Pero es importante que los tipos de cambio se muevan de forma estable, reflejando las variables fundamentales. La volatilidad excesiva no es deseable”, dijo Suzuki.
“Si se producen movimientos excesivos, responderemos adecuadamente sin descartar ninguna opción”, afirmó el viernes en rueda de prensa.
Suzuki dijo que estaba coordinando estrechamente con el diplomático de divisas, Masato Kanda, para hacer frente a los movimientos del yen, pero se negó a comentar si se estaban preparando para intervenir en el mercado para apuntalar la moneda.
La desaparición de las expectativas de un recorte a corto plazo de las tasas de interés en Estados Unidos ha acelerado la subida del dólar, ya que los mercados se han centrado en la marcada diferencia de rentabilidad entre Estados Unidos y Japón.
La caída del yen frente al dólar ha hecho resurgir los temores de intervención, ya que las autoridades de Tokio han advertido repetidamente en las últimas semanas que no descartarían ninguna medida para hacer frente a las oscilaciones excesivas.
Tras alcanzar un nuevo máximo de 34 años de 153,32 yenes durante la noche, el dólar cotizaba el viernes en 153,18 yenes en Asia.
La debilidad del yen se ha convertido en una fuente de quebraderos de cabeza para los responsables de política monetaria japoneses porque infla el costo de la importación de combustible y materias primas, perjudicando así a minoristas y hogares.
La nueva caída del yen complica las deliberaciones del Banco de Japón sobre el calendario de la próxima subida de las tasas de interés, que los analistas prevén para finales de año.
Japón intervino por última vez en el mercado de divisas en 2022, primero en septiembre y de nuevo en octubre, para apuntalar el yen.