El Tribunal Oral en lo Criminal N°1 resolvió este lunes absolver a Yamila Cáceres y a Hernán Manchego, progenitores de la beba cuyo cuerpo fue hallado en el basural en 2021. Ambos estaban acusados por homicidio agravado. Los jueces consideraron que la controversia en las pericias médicas por la causal de muerte no superó el estado de duda. La Fiscalía analiza apelar el fallo.
De la redacción de EL NORTE
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Durante el mediodía de este lunes el Tribunal Oral en lo Criminal Nº 1 de San Nicolás, sin la presencia de la principal acusada, dio a conocer la sentencia en el juicio a Yamila Cáceres y Hernán Manchego por el delito de homicidio de una beba recién nacida, hija de ambos. Los magistrados Cristian Ramos, María Belén Ocariz y Laura Fernández decidieron por unanimidad la absolución de los imputados fundamentado en el beneficio de la duda acerca de la causal de muerte de la menor.
Para la decisión tuvieron en cuenta que los informes médicos fueron contradictorios en cuanto a establecer fehacientemente cómo se produjo la asfixia que provocó el deceso. No lograron certeza al interrogante acerca de si la muerte se produjo por broncoaspiración de líquido amniótico y meconial como sostuvo la defensa o por asfixia mecánica como sostuvo la acusación.
Los jueces tuvieron en cuenta que, respecto de los hechos posteriores al parto cuando la mujer acusada colocó el cuerpo en una bolsa de residuos y lo arrojó a la basura, actúan como eximentes el parto intempestivo y el estado puerperal en el que se encontraba Cáceres que pudo haber obnubilado su conciencia. Respecto de Manchego consideraron que no se logró probar su presencia en el lugar al momento de ocurrencia de los hechos.
Tras anunciar la absolución, los magistrados ordenaron inmediatamente que quedara sin efecto la prisión domiciliaria que pesaba sobre Yamila Micaela Cáceres.
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La fiscal Belén Baños había sostenido en los alegatos que la muerte de la beba se produjo por asfixia mecánica, es decir que fue provocada de manera intencional y que si bien el cuerpo presentaba múltiples traumatismos y fracturas la causa del deceso era la asfixia. Concluyó que muchos de esos golpes fueron vitales, es decir que considera acreditado que la menor los recibió estando aún con vida. Ubicó en el lugar de los hechos a Hernán Manchego, señalando que en el horario en el que debieron producirse estos, aún estaba en la vivienda familiar donde se produjo el parto y que luego se retiró al trabajo.
La acusación contemplaba una pena de prisión perpetua por Homicidio Agravado por el vínculo por ensañamiento y alevosía respecto de ambos y pidió para ellos la pena de prisión perpetua. Entendía que la beba nació viva, que las lesiones que tenía el cuerpo eran vitales e insistió en la consideración de las circunstancias que rodearon al hecho y que señala como fuertes indicios de responsabilidad, entre ellas el ocultamiento del embarazo, la omisión de controles y la falta de pedido de ayuda ante la emergencia teniendo en cuenta que contaban con celular y con familiares que residían cerca, además de la manera en la que fue desechado el cuerpo.
Por otra parte, la defensa integrada por el abogado particular Juan Bebán por Manchego y por la defensora oficial Celina Berterame en cuanto a Cáceres, insistió, el primero de ellos, en que el progenitor de la menor no sabía del avanzado estado del embarazo y en que no estaba en la casa cuando se produjo el parto, asegurando desconocer que su ex pareja había arrojado el cuerpo a la basura. Respecto de Cáceres la letrada sostuvo su inocencia, que la beba murió por causas perinatales naturales, no violentas. Aseguró que la mujer intentó hacerle RCP a la beba para reanimarla, y que debe considerarse que estaba en shock, sola, ante un parto intempestivo por lo que pidió la absolución.
Apenas conocida la sentencia, consultada al respecto la fiscal Belén Baños manifestó que “Con el mayor de los respetos al fallo y a lo resuelto por los jueces analizaremos la posibilidad de apelar. Veremos si corresponde y si es viable la presentación de un recurso de apelación. Lo que nos satisface es que se haya analizado toda la prueba presentada. Tenemos la tranquilidad de saber que lo que no se presentó es porque no lo pudimos obtener ya que la investigación ha sido completa y siempre estamos conforme con eso. Creemos haber presentado elementos que fueron suficientes como para traer la acusación hasta acá”. Concluyó la fiscal Belén Baños.
Los hechos
El aberrante hecho se conoció luego de que un trabajador de la planta de residuos de la empresa Entre SA encontrara el cuerpo sin vida de una beba que tendría entre 48 y 72 horas de nacida. El hallazgo se produjo el viernes 13 de agosto de 2021 en medio de la pandemia de Covid. En principios los investigadores manejaron la hipótesis de que había muerto por un golpe ya que el cadáver de la pequeña víctima presentaba traumatismo de cráneo, pero posteriormente la autopsia reveló que había muerto por asfixia en el camión de la basura.
La investigación comenzó sin mayores datos, con mucha incertidumbre y sin ADN para cotejar. Solo un objeto encontrado en el lugar podía ser la clave para resolver el caso: la menor estaba envuelta en una prenda que llevaba impresa una frase distintiva y que habitualmente era entregada de manera gratuita a personas necesitadas por una iglesia de la ciudad. Con ese indicio los investigadores llegaron a la sede de una congregación evangélica. Aunque allí no pudieron establecer la identidad de la persona a la que habían entregado la prenda, el hecho de que estuvieran muy cerca de individualizarla hizo que Yamila Cáceres, la progenitora de la víctima, se presentara ante la justicia. Confesó haberla dado a luz y arrojado a la basura, aunque intentó defenderse asegurando que la creyó muerta. La mujer fue inmediatamente detenida.
Cáceres reconoció que la beba fallecida era su hija. Manifestó que sabía que estaba embarazada pero que creyó estar de menos tiempo de gestación, que tuvo “dolores de panza”, que cuando fue al baño se produjo el parto y que la chiquita había nacido muerta, que por eso la arrojó a la basura.
La acusada llegó al juicio cumpliendo arresto domiciliario luego de permanecer varios meses en una cárcel de Junín.