La defensa de la madre de la joven asesinada solicitó el apartamiento de Edith Rivero, quien se desempeña como intérprete en lengua de señas en la causa que investiga el femicidio de Florencia Comas. Desde el Estudio Rivet (abogados de Evelina Flores), entienden que Rivero mantiene un vínculo personal con el principal imputado del crimen, Jonathan Latapie, lo que podría comprometer la imparcialidad en su rol de intérprete.
Según Rivet, testigos de la familia de la víctima han confirmado la existencia de reuniones y fotos que evidencian un conocimiento y una relación social entre la intérprete y el imputado, lo cual afecta su neutralidad. Además, sostienen que Rivero ha realizado comentarios públicos en redes sociales, particularmente en Facebook, donde expresa opiniones sobre el caso en cuestión.
El Código Procesal Penal de la Provincia de Buenos Aires establece que los intérpretes (auxiliares) pueden ser recusados cuando existe un vínculo personal que comprometa su imparcialidad o cuando su actuación muestra signos de parcialidad manifiesta.
Esta defensa entiende que ambos supuestos se cumplen en el presente caso. La imparcialidad es uno de los principios más importantes del debido proceso penal, consagrado en el artículo 18 de la Constitución Nacional y en los tratados internacionales incorporados en el artículo 75, inciso 22 de la misma.
