Partizan de Serbia espera con un clima muy hostil al Real Madrid de Gabriel Deck. Después de la gresca durante el primer encuentro, se aguarda un desquite de alto voltaje; el santiagueño es el principal apuntado. “Bastardo gitano argentino”, se leyó en un pasacalle.
Las imágenes de la pelea generalizada durante el segundo encuentro aún están frescas. Se viven horas calientes en la antesala del tercer capítulo de la serie de la Euroliga. Real Madrid ya está alojado en su búnker exclusivo en Belgrado. Sin ningún incidente en su llegada al hotel situado en la zona de la Novi Beograd, a unos 20 minutos a pie del Stark Arena y alejados del bullicio del centro de la capital serbia.
Todo tranquilo… hasta ahí nomás. En el trayecto, en la carretera, había una fuerte declaración. Un clásico clima pesado, como en las viejas épocas de la Copa Libertadores de fútbol sudamericano.
“No se duerme”, se leía en perfecto español, en una bandera colgada en uno de los puentes. Es una final y en el Partizan se lo toman con ese énfasis. Pese a que en las zonas cercanas al hotel de concentración blanco no había rastro de molestias, según cita el diario Marca, Belgrado se levantó contra Real Madrid.
Sobre todo, había pancartas contra Gabriel Deck, el club en general y algunas frases ofensivas hacia la tradición de la institución blanca. “El bastardo argentino”, lo llaman. Todo lo contrario de lo que Zeljko Obradovic, entrenador y símbolo de Partizán, imploró en los últimos días. “Quiero que hablemos de básquetbol”, había pedido.
Según se supo, los autores de las banderas amenazantes habrían sido algunos integrantes del grupo Grobari. Un núcleo de naturaleza antifascista, con una alusión directa a los “Enterradores” y definidos como los más duros.
En el partido nada hace presagiar que ocurran incidentes. Sin embargo… Desde el protocolo Euroliga se exige total seguridad e incluso las autoridades del escenario, Stark Arena, confirmaron que si ocurriese algo grave y se debe jugar un cuarto partido, se disputará a puertas cerradas.
La batalla
Todo tiene su historia. El 27 de abril pasado, el segundo partido entre Real Madrid y Partizan por los cuartos de final de la Euroliga de básquetbol fue dado por finalizado faltando 1m40s, cuando los jugadores de ambos equipos comenzaron a empujarse y varios de ellos, incluido Gabriel Deck, terminaron trenzándose a golpes.
Los árbitros decidieron suspender el encuentro por el escándalo que se generó cuando el equipo serbio vencía por 95-80 en la capital española y estiraba la ventaja a 2-0 en la serie.
Todo se precipitó en una acción en la que Sergio Llul, base del conjunto merengue, golpeó fuertemente en el cuello en un avance a Kevin Punter y, pese a que los jueces sancionaron inmediatamente la falta antideportiva, en un abrir y cerrar de ojos se desmadró todo. En poco menos de un minuto, un alboroto dejó en un segundo plano al juego.
Horas después, Deck se disculpó públicamente a través de sus redes sociales, al comentar: “Lamento lo sucedido en el partido de ayer, es algo que no debe volver a repetirse. Mis disculpas a mi club, a los integrantes del Partizan y aficionados de ambos equipos”.
El entrenador del conjunto serbio, Zeljko Obradovic acudió a la conferencia de prensa, se mostró horrorizado por lo sucedido y dijo: “Vamos a jugar el próximo partido con el estadio lleno y yo voy a intentar calmar a toda la gente y que Real Madrid sea bien recibido; necesitamos que no se hable de esto tan triste y se hable de básquetbol”.
Con la serie 2-0 a favor de los balcánicos, hoy a las 15.30 de nuestro país volverán a encontrarse. Y se sabrá la verdad.