De acuerdo con datos suministrados a este diario por la distribuidora EDEN S.A., la vandalización de transformadores para el posterior robo del cobre que luego se vende en el mercado negro viene en aumento. En el período comprendido entre 2021 y el incipiente 2022 hubo en San Nicolás 40 episodios delictivos de este tipo, 22 de los cuales se produjeron en Conesa. Precisamente, la mayoría de estos hechos delictivos se llevan a cabo en descampados o zonas rurales. Hay, al menos, tres eslabones involucrados en esta cadena delictiva que crece en igual proporción que el precio del cobre.
De la redacción de EL NORTE
[email protected]
En dos días se vandalizaron dos transformadores de media tensión en Parque Comirsa, lo cual dejó sin servicio eléctrico durante algunas horas a varias empresas radicadas en el polo industrial de Ramallo. Lejos de ser hechos aislados en la región, en San Nicolás se repite de manera constante este delito que tiene por objetivo hacerse del bobinado de cobre que tienen estos transformadores en su interior.
De acuerdo con datos suministrados a este diario por la distribuidora EDEN S.A., entre 2021 y lo que va de 2022 se robaron 40 transformadores en San Nicolás, 22 de los cuales estaban instalados en Conesa. Precisamente, la mayoría de estos hechos delictivos se producen en descampados o zonas rurales. Allí donde no hay cámaras de seguridad y se puede «trabajar» tranquilo.
Esto motivó una reunión entre representantes del área Legales y de Seguridad Patrimonial de la sucursal EDEN San Nicolás y personal de Policía Local a fin de trabajar en conjunto en la prevención de este tipo de delitos. El encuentro tuvo lugar el jueves de esta semana.
Los hechos suelen ocurrir durante la madrugada, cuando hay menos movimiento y también menor posibilidad de que se advierta inmediatamente el corte de energía resultante de la vandalización. Los delincuentes no se llevan el transformador completo, sino que lo tiran al suelo, y luego le quitan el bobinado de cobre y algún elemento más que se pueda colocar en el mercado ilegal.
Este accionar puede dejar sin luz a usuarios residenciales, empresas, o bien, pozos de agua que requieren bombas eléctricas para extracción. Pero también hay un daño ambiental. Es que el transformador tiene un aceite refrigerante que queda vertido en la zona generando un daño ecológico.
El costo de un transformador eléctrico de media tensión es altísimo. Pero la afectación económica no es solo para la distribuidora de energía que debe reponer el dispositivo sino también para las empresas y/o trabajadores del campo que necesitan de la energía eléctrica para producir.
Cadena delictiva
Esta modalidad delictiva, capaz de alimentar un importante mercado negro con fácil disponibilidad de dinero, incluye la intervención de tres sectores bien diferenciados. Primero, los sujetos encargados de la sustracción del material de cobre. Luego, los responsables de chatarrerías que compran en el mercado negro el material robado y lo almacenan. Y, finalmente, las fundiciones, talleres donde a través de procesos metalúrgicos específicos se separa el cobre del aislante que lo contiene para su posterior venta.
Paralelamente, el robo de cables de media tensión, que son los que transportan más volumen de energía y, por lo tanto, contienen metales que se pagan más caro en el mercado negro, también crece en San Nicolás.
El cobre es un metal casi precioso para la industria: maleable, versátil, durable, antimicrobiano, reciclable y excelente conductor de la electricidad.