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sábado, octubre 19, 2024
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“EL PANORAMA ES DELICADO, LA ARGENTINA VENDIÓ LA JOYA DE LA ABUELA”

Lo dijo Daniel Berdini, productor agropecuario y exdirector de Coninagro (Confederación Intercooperativa Agropecuaria). Habló del informe realizado con datos del Indec (Instituto Nacional de Estadísticas y Censos) en el que colocan al sector agroexportador del país como la principal fuente de ingresos de la economía nacional. Además, dijo que la sequía genera incertidumbre en el productor agropecuario y que hay falta de expectativas de cara a la campaña gruesa. “Se vienen tiempos difíciles para los productores agropecuarios y para aquellos que trabajan indirectamente con el campo”, remarcó.

Explicó que la lluvia fue “muy errática, las mayores precipitaciones tuvieron mayor volumen llegando a Gobernador Castro hasta San Pedro. No así en Doyle y Santa Lucía, a la altura de Bahamas cayeron 15 milímetros y para el lado del río, los 35 milímetros”.

Sobre la siembra expresó que el productor va a realizar ciclos largos o en forma tardía “para zafar lo que se presume como meses duros, diciembre y enero. Enero porque si vos sembrás la soja en ciclo corto en ese mes, cuando es el llenado de granos, fracasás”.

Cambios de siembra y esperar a que llueva

Con ciclo largo el productor puede llegar a febrero, marzo, que “aparentemente ahí estarían regularizándose las lluvias. Obviamente que con todo eso tenés pérdidas en rindes. Cuando sembrás más temprano, tenés mejores rindes. Se van a sembrar ciclos largos, y más tarde, estaríamos así escapando de la situación complicada de enero y febrero”.

Maíz

El productor no ha sembrado maíz en la zona, recién va a hacerlo en el mes de diciembre si hay humedad en el suelo, para que el grano se “llene” en el mes de marzo.

“El panorama es delicado, la Argentina vendió la joya de la abuela, vendió toda la soja. La próxima cosecha se va a efectivizar entre mayo y junio, y la verdad… ¿qué hacemos los productores de mayo a junio?”, cuestionó.

“La situación es muy delicada para el productor, por la actividad que genera. Vamos a ver qué sectores van a estar paralizados, no hay que olvidarse de que mucha gente vive del campo, de manera indirecta, y esto que le afecta al productor afecta a otros sectores”, sostuvo. 

“Durante los años 2021 y 2022 el sector ha logrado generar más de dos tercios del total exportado por el país. Las exportaciones del sector, sumadas las de productos primarios y las manufacturas de origen agropecuario, han llegado a una cifra récord: 39.549 millones de dólares. Puede esperarse que los resultados medios en dólares sean los más altos de la historia generando más de 55.000 millones de dólares”, dijo, pero aclaró: “Así y todo lo que se viene ahora será complicado, porque no vamos a tener producción si no llueve para el 2023”.

El Estado: socio en las ganancias

 “Tenemos que esperar por nuevas lluvias que terminen de impulsar la siembra de granos gruesos, los productores hacen números para ver cuál será la rentabilidad en 2023. De acuerdo con el productor y consultor Néstor Roulet, y tomando como punto de partida un rinde en soja de 2800 kilos por hectárea, el Estado recaudará –vía retenciones y otros impuestos– unos U$S 723 por hectárea. El productor, por su parte, se quedará con U$S 95,9 en mano. Si la sequía impacta en el desarrollo del cultivo, el Gobierno recibirá menos, mientras que el agricultor quedará en cero”, explicó.

“Hay que ver los números del campo, muchos hablan pero no conocen la realidad. El campo es el principal aportante que tiene la economía argentina, es hora de que reconozcan lo que están viviendo muchos productores agropecuarios que están con incertidumbre y sin financiación”, subrayó.

¿Qué pasa si no llueve?

“Ahora, ¿y si no llueve? El informe dice que en un segundo escenario y con la premisa de un rinde que por la seca cae 20% en relación con la campaña anterior, la cosecha sería de 2200 kilos por hectárea. Con este nivel de producción, el Estado recaudaría unos U$S 560 por hectárea. El productor pierde plata, no gana nada. En este año con alta probabilidad de sequía, donde el productor invierte U$S 542 por hectárea entre costos directos e indirectos, el resultado final es negativo“, reveló refiriéndose a cómo quedarían las cuentas para el sector productivo.

Coyuntura económica

Finalmente, Berdini señaló los obstáculos que debe afrontar el productor en cada campaña y puso de relevancia la eficiencia del sector. “Es oportuno analizar que el sector alcanza estos números récord aun en condiciones desventajosas comparando con sus competidores, Paraguay y Brasil. Tenés escasez de financiamiento, inestabilidad macroeconómica, exceso de regulaciones, impuestos a las exportaciones y brecha cambiaria. El Estado complica las cosas para el productor, es muy difícil proyectar una campaña con un socio que se dedica todos los días a hacer más dificultosa la relación”, concluyó.

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