Terminó este viernes la ronda de testigos convocados en el juicio contra Yamila Cáceres. El cierre del debate se producirá el lunes con los alegatos finales. La mujer está acusada de haber provocado la muerte de su beba recién nacida, arrojándola a la basura en una bolsa de residuos. La estimación de los jueces sobre las pericias médicas será fundamental al momento de la sentencia.
De la redacción de El Norte
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Este viernes, luego de una importante depuración de listas, concluyó la ronda de testigos en el juicio por la muerte de una menor recién nacida. Por el hecho están imputados sus progenitores, la madre por acción y el padre al menos por omisión. El próximo lunes se cerrará el debate que se desarrolla en el Tribunal Oral en lo Criminal Nº 1 con los alegatos finales de la parte acusadora y de la defensa.
Yamila Micaela Cáceres aseguró durante el juicio que creía que la beba había nacido muerta, la fiscal Belén Baños mantiene la certeza de que murió por asfixia mecánica manual o producto de haber sido arrojada a la compactadora de deshechos y la defensa, por su parte sostiene que la menor se ahogó con el líquido meconial.
Los testimonios culminaron con el informe de una antropóloga que había sido pedido por la defensa buscando mejorar la posición de la acusada y que aseguró que Yamila Cáceres, la mujer de 28 años, padeció el síndrome del “embarazo silencioso” o “embarazo críptico” que la llevó a ocultar su estado y a que los cambios no fueran notorios en su cuerpo. Hizo referencia a la historia de Cáceres, al suicidio de su madre cuando ella tenía 11 años y a un pasado de violencia de género. Y refirió que la emergencia obstétrica produjo en la acusada un shock que le impidió actuar de la manera que los cánones sociales consideran apropiada.
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La ronda de testimonios, había comenzado el jueves, primera jornada de audiencia, con el relato de la acusada, quien no aceptó responder preguntas de la fiscalía, pero por más de una hora dio su versión acerca de los hechos ocurridos el 12 de agosto de 2021 en la vivienda familiar. Aseguró que creía tener menos tiempo de embarazo y que como tenía un fuerte dolor de muelas tomó varios analgésicos y calmantes, por lo que se sintió responsable de haber provocado lo que creyó un parto prematuro. Afirmó que fue ese sentimiento de culpa lo que la llevó a ocultar los hechos y dio algunas explicaciones de por qué ocultó su embarazo. Quitó a Manchego de la escena manifestando que él se encontraba trabajando cuando la sorprendió el nacimiento en el baño de la casa compartida ubicada en Chaveche al 1500.
El juicio se desarrolla ante un jurado conformado por los magistrados Belén Ocariz, Cristian Ramos y Laura Fernández.
Los hechos
Yamila Micaela Cáceres en agosto de 2021 puso a su hija recién nacida en una bolsa de residuos y la tiró a la basura. El cuerpo sin vida de la beba fue hallado por un trabajador de la empresa el viernes 13 en el predio de la Planta Procesadora de deshechos domiciliarios ubicada en calle San Juan s/n. Pesaba aproximadamente 3 kilos y se estableció que tendría entre 48 y 72 horas de nacida. En principios los investigadores manejaron la hipótesis de que había muerto por un golpe, ya que el cadáver de la pequeña víctima presentaba traumatismo de cráneo, pero posteriormente la autopsia reveló que había muerto por asfixia, posiblemente en el camión de la basura. La menor estaba envuelta en una prenda que llevaba impresa una frase distintiva y que habitualmente era entregada de manera gratuita a personas necesitadas por una iglesia de la evangélica de barrio Avambaé, este elemento permitió más tarde esclarecer el caso. Tras un allanamiento a la iglesia, la acusada a punto de ser descubierta, se presentó en la fiscalía y confesó el hecho. La mujer es madre de cuatro hijos, el menor de ellos de apenas cinco meses, tiene 28 años y llegó al juicio cumpliendo prisión preventiva con beneficio de arresto domiciliario, mientras que el hombre permanece en libertad tras serle denegado el pedido fiscal de encarcelamiento.
También está sentado en el banquillo Hernán Manchego, padre de la menor, sobre el que pesa la misma acusación, pero en su caso al menos por omisión. Ambos responden por Homicidio triplemente Agravado por el vínculo, ensañamiento y alevosía.
Manchego, de 26 años, negó haber estado en la casa en ese momento, adujo que se encontraba trabajando y que desconocía lo sucedido, afirmó que Yamila solo le informó que había perdido un embarazo de poco tiempo y que el cuerpo había quedado en el hospital.