Este domingo murió el Flaco, quien el 30 de septiembre de 1974 había sido designado como el entrenador de la Albiceleste. Debutó en un amistoso días después y, de aquella formación, solo un jugador fue campeón en el Mundial 78
El domingo pasado, a la edad de 85 años, falleció César Luis Menotti, el icónico entrenador que llevó a la Selección argentina hacia la gloria mundial en 1978. Su legado perdura en la memoria de los aficionados y en la historia del deporte nacional.
Desde su designación como director técnico de la Selección argentina en septiembre de 1974, Menotti dejó claro su compromiso con el equipo nacional, expresando: “La idea es jerarquizar a la Selección. Tengo la posibilidad de demostrar que se puede construir una estructura sólida, capaz de respaldar el trabajo del técnico”.
David Bracuto, vicepresidente primero de la AFA en ese entonces, había asumido la conducción pocos días antes de la muerte de Juan Domingo Perón. Conocedor del talento de Menotti por su paso por Huracán, Bracuto compartía la visión de jerarquizar al equipo nacional y convertirlo en una prioridad para los clubes y jugadores.
Bajo la dirección de Menotti, la Selección argentina se transformó en un símbolo de excelencia y compromiso. Su enfoque no solo estaba en ganar, sino en dignificar el juego y la camiseta nacional. Su legado como entrenador perdurará en la historia del fútbol argentino.
César Luis Menotti en la Selección: cómo armó su primer equipo
La Selección arrastraba el fracaso de no haber clasificado al Mundial de México 1970 y el papelón de Alemania 1974. Menotti, quien nació en Rosario y comenzó su carrera como DT en Central Córdoba de esa ciudad y como ayudante de campo de Miguel Ángel Juárez en Newell’s, llegó a Huracán en 1971.
En Parque Patricios formó un equipo que se destacó por su juego asociado, con posesión, volumen de juego, alta calidad y fineza. Con René Houseman, Miguel Ángel Brindisi y Carlos Babington como principales figuras dentro del campo de juego, aquel conjunto salió campeón del Metropolitano de 1973 y maravilló a todos.
El estilo de aquel Huracán generó tanta empatía en todos los hinchas argentinos, que el Flaco llegó a la Selección. El 12 de octubre de 1974, ante España en el estadio Monumental, hizo su debut como entrenador de Argentina con una igualdad 1-1 con un gol de Roberto Rógel, defensor de Boca. Aquella jornada, sin saberlo, había comenzado una de las etapas más exitosas del fútbol argentino.
Los titulares de Argentina fueron: Rubén Sánchez (Boca); Vicente Pernía (Boca), Jorge Paolino (Racing), Roberto Rógel (Boca), Jorge Carrascosa (Huracán); Miguel Brindisi (Huracán), Francisco Russo (Huracán), Carlos Babington (Huracán); René Houseman (Huracán), Edgardo Di Meola (River) y Enzo Ferrero (Boca). Luego ingresaron Marcelo Trobbiani (Boca) por Brindisi y Osvaldo Potente (Boca) por Babington.
Curiosamente, de todos esos jugadores que salieron a la cancha por primera vez con Menotti dando las órdenes desde el banco, solo uno llegó al Mundial del 78. Y se trató del Loco Houseman, una de las principales figuras de su emblemático Huracán del 73 y una debilidad del entrenador.
Los cuatro años previos al Mundial fueron muy intensos. Se formaron combinados en las provincias, se jugaron decenas de amistosos y antes del inicio del torneo el plantel estuvo concentrado más de 50 días. Por primera vez en la historia, la Selección nacional era la prioridad de todos los actores del fútbol argentino. Menotti fue el gran responsable de esto.
Después, la historia es conocida. La Selección obtuvo su primer Mundial tras ganarle la final Holanda por 3 a 1 en el Monumental. Más allá de la utilización política que le dio la Dictadura, en momentos de una brutal represión del Estado, el logro deportivo fue consecuencia del trabajo y la planificación del entrenador rosarino.
El lunar, si así se lo puede considerar, es que Menotti dio de baja a un Diego Maradona de 17 años unos días antes de dar la lista de buena fe para el Mundial. Con el tiempo, pese a las lágrimas de entonces, el Diez lo perdonó.
(Con información de TN)