La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, denunció que la gestión anterior nunca los utilizó y que ahora intentarán repararlos tras el daño causado por la humedad.
La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, denunció que drones comprados en 2019 nunca fueron utilizados. La gestión de Alberto Fernández los dejó guardados en contenedores desde enero de 2020. Los equipos, adquiridos durante la presidencia de Mauricio Macri, tenían el objetivo de reforzar la vigilancia en la frontera norte del país.
Bullrich reveló la situación al anunciar nuevas medidas de control fronterizo. El hallazgo ocurre en medio de la polémica por la instalación de un cerco en Aguas Blancas, en la frontera con Bolivia. “Los estamos arreglando para tener un control total de la franja fronteriza”, aseguró la ministra.
Los drones olvidados
Una inspección en la Agrupación Aviación de la Gendarmería Nacional en Campo de Mayo confirmó el abandono de los drones. Un acta oficial firmada el 23 de mayo de 2024 certificó la apertura de dos contenedores. Dentro, se encontraron drones Mini UAV modelo 650 D junto con su plataforma de lanzamiento.
Según fuentes oficiales, los equipos estaban sin verificar desde su llegada, en enero de 2020. Además, un agente de Gendarmería confirmó que recibió capacitación en Israel para operarlos, pero nunca los pusieron en funcionamiento.
Equipos deteriorados por el paso del tiempo
El informe detalló que en los contenedores había condensación de agua y signos de humedad. La ministra Bullrich afirmó que los drones se oxidaron tras años de abandono. “Ojalá no hubieran destruido el sistema de fronteras que habíamos comprado en 2018”, expresó en declaraciones radiales.
El gobierno actual busca restaurar los equipos para integrarlos al Sistema de Vigilancia Integrada de Fronteras. Se planea fortalecer la seguridad en zonas críticas como la Triple Frontera y los límites con Brasil.
Un conflicto diplomático con Bolivia
La instalación de un cerco en Aguas Blancas generó tensiones con Bolivia. El ministro de Justicia boliviano, César Siles, criticó la medida y afirmó que vulnera el derecho internacional. Bullrich, por su parte, defendió la decisión y aseguró que las acciones seguirán en otras áreas estratégicas.
El abandono de los drones, que costaron un millón de dólares cada uno, expone la falta de control sobre recursos destinados a la seguridad. Ahora, el desafío del gobierno es recuperar los equipos y utilizarlos en la lucha contra el crimen organizado.