La empresa catalana Grifols cesará sus operaciones ante la dificultad para girar divisas y la caída de su negocio y la firma 3M reduce su presencia comercial.
El contexto macroeconómico marcado por una inflación desatada, combinado con una incertidumbre política que impide pronosticar qué ocurrirá en las próximas elecciones, sigue alentando la salida de compañías de la Argentina.
Sólo en lo que va de la gestión Fernández-Fernández el éxodo suma más de 25 multinacionales, y en los últimos días se sumó un nombre más: la catalana Grifols.
A esa compañía hay que sumarle la potencial salida de 3M, la empresa que creó la famosa cinta Scotch, que acaba de decidir dejar de vender de manera directa al país su gama de adhesivos y productos quirúrgicos.
Grifols es una compañía enfocada en la producción de medicamentos plasmáticos y que en Argentina funcionaba a través de oficinas operativas en Munro, provincia de Buenos Aires. La firma recibió un primer impacto en su negocio con la irrupción del Covid-19, según el portal Pharmabiz.
La pandemia pegó de lleno en la disponibilidad de donantes de sangre y a esa complicación luego se añadieron las trabas vigentes para la gira de divisas que pesan sobre gran parte de las empresas extranjeras. Se estima que Grifols facturaba alrededor de 4,6 millones de dólares al año.
Con presencia en la Argentina desde 1991, Grifols se va sin dejar a ningún licenciatario de su marca en el país. Según fuentes cercanas a la compañía, la empresa culminará de cesantear a sus empleados y dejará de operar de forma definitiva a mediados del mes de octubre.
Por el lado de 3M, la empresa decidió dejar de vender a partir, también, de las complicaciones existentes para el giro de dividendos y la vigencia de un cepo importador que dificulta el ingreso de mercaderías. Además de dueña de la cinta Scotch, la firma es propietaria de los Post-it, los barbijos N95, y una amplia línea de productos para la esterilización de instrumental quirúrgico.
La salida de varias empresas
La retirada de empresas de la Argentina es una tendencia consolidada y los nombres del éxodo siguen multiplicándose de forma periódica. A principios de abril, se confirmó la salida de H.B. Fuller, una multinacional estadounidense con operaciones en el parque industrial de Pilar. La firma, dedicada a la producción de adhesivos industriales, ya notificó a sus empleados que cesará su funcionamiento en el transcurso de las próximas semanas.
La retirada de H.B. Fuller implica la desactivación de más de 60 puestos de trabajo. La planta en Pilar dejará de funcionar el próximo 30 de junio. La intención de la compañía es concentrar su producción en Brasil, Chile, Dinamarca y México.
A la par de este movimiento, en el sector autopartista predomina la preocupación ante los rumores de salida de un gigante de ese segmento. Se trata de Saudi Arabia Basic Industries Corporation (SABIC), firma con operaciones concentradas en Tortuguitas.
Según fuentes del rubro, la empresa habría anticipado a algunos de sus clientes la decisión de abastecer al mercado argentino directamente desde el exterior. Los directivos de SABIC tomarían esa decisión a partir de las enormes dificultades que atraviesa la compañía para ingresar piezas y repuestos importados a la Argentina.
En el ámbito minero, la intranquilidad para los trabajadores de la actividad y el mismo Gobierno pasa por el futuro de dos yacimientos ubicados en San Juan y Santa Cruz. En el caso del primero, denominado Josemaría, se multiplican las versiones de venta por parte de su controlante, la canadiense Lundin Mining.
Ya en la Patagonia, las canadienses Pan American Silver y Silver Standard Resources acaban de ponerle fin al funcionamiento de su subsidiaria Minera Triton en Gobernador Gregores, Santa Cruz. Ambas compañías desactivaron el proyecto de oro y plata que explotaban en esa zona y el número de personas que quedaron sin empleo asciende a 200.