Una vereda, que recorre el contorno del Museo Histórico Sarmiento, en Belgrano, cede producto de la pérdida de agua de un caño pinchado. La reparación reveló un secreto: las baldosas octogonales de mármol eran en verdad lápidas.
Una vereda cede, producto de la pérdida de agua de un caño pinchado que, durante semanas -quizás meses- socava el suelo. Un suceso no tan inusual que podría ocurrir en cualquier vereda de la Ciudad. Pero sucedió en la que recorre el contorno del Museo Histórico Sarmiento, en Belgrano.
La reparación reveló un secreto: las baldosas octogonales de mármol eran en verdad lápidas.
En el reverso, se pueden leer mensajes, saludos y fechas. La más antigua de las halladas hasta el momento data de 1860. Se estima que podrían pertenecer al antiguo cementerio del barrio.
El hallazgo, totalmente casual, fue realizado por Luis Ambros, responsable del área de proyectos del Museo.
Los especialistas
“Alcancé a ver algo que no pude identificar. Comenzamos a sacar el material que cubría la parte de abajo de las baldosas y encontramos letras. A medida que íbamos sacando más baldosas, continuamos encontrando nombres cortados, fechas, letras sueltas”, cuenta Ambros.
“Nos encontramos que en las baldosas había una inscripción del reverso, empezamos a indagar y vemos fechas. Vemos murió, nació, y supusimos que eran lápidas reutilizadas como baldosas”, detalló Virginia González, directora del Museo Histórico Sarmiento.
“En el caso porteño, es más que obvio que hubo un reciclaje de los materiales. No se conocen antecedentes, pero esto no quiere decir que no haya en otras partes de la Ciudad. Está claro que este caso despierta curiosidad”, opinó Rodolfo Giunta, encargado del área de investigación del Museo.
El especialista sostiene que el hallazgo debiera ser tomado como un punto de partida. “Creo que se debe investigar aún más, se debe ahondar en la técnica con que se realizaron y colocaron estas baldosas, y hacer un profundo trabajo arqueológico”.