En el fallo el acusado se lo declara como “instigador penalmente responsable del delito de homicidio agravado por el uso de armas en grado de tentativa”. Lo sentenciaron a la pena de seis años de prisión efectiva. Había estado vinculado a otros dos casos graves cometidos en el seno familiar.
De la redacción de EL NORTE
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El Tribunal Criminal Nº 2 de San Nicolás, compuesto por los jueces María Elena Baquedano, Laura Mercedes Fernández y Alejandro López, condenó a la pena de seis años de prisión efectiva a Rafael Eduardo Monzón, de 65 años, el exconvicto que ya había estado vinculado a otros dos casos graves cometidos en el seno familiar.
En el fallo el acusado se lo declara como “instigador penalmente responsable del delito de homicidio agravado por el uso de armas en grado de tentativa”.
El debate oral y público se había desarrollado la semana anterior y el martes se dio a conocer el fallo del Tribunal luego de que el fiscal Marcelo Manso solicitara ocho años de prisión para Monzón, mientras que la defensa oficial a cargo de Pablo Vacani había pedido su absolución.
Por otra parte, los jueces decidieron no hacer lugar al pedido de la fiscalía de considerar al imputado como reincidente debido a que entre sus antecedentes aparecían dos casos relacionados con delitos de índole sexual acontecidos en los años 2005 y 2011. En el último de los casos, Monzón no había llegado a cumplir la pena y se dispuso su excarcelación bajo caución juratoria.
El hecho por el que ahora sí fue condenado fue cometido en el año 2015 cuando baleó a otra persona en la vía pública. En aquel momento, mantuvo un altercado con un hombre a quien le disparó e hirió por la espalda luego de que este le reclamara por una situación que le había tocado vivir a su hija menor de edad.
Esa no era la primera vez que el acusado estaba vinculado a un hecho parecido, ya que los anteriores episodios en los que estuvo imputado fueron las graves acusaciones que surgieron en su contra por haber abusado sexualmente de sus hijas menores y que por esas vueltas que tiene la Justicia permanecía en libertad, además de ser considerada una persona peligrosa para la sociedad.