A seis días de la primera mesa nacional del oficialismo, organizaciones sociales y la cúpula de la CGT presionan a Alberto Fernández.
El próximo 16 de febrero, el Frente de Todos tendrá su primera mesa nacional y tanto la CGT como los movimientos sociales no quieren quedarse fuera. Con un año electoral por delante, ambos espacios presionan a Alberto Fernández para no perder participación en las decisiones.
“Es muy importante que en esa mesa estén todos, porque es el momento justo para empezar a discutir qué es lo que vamos a presentar”, expresó en una entrevista Pablo Moyano, líder de Camioneros y parte de la cúpula de la CGT. En esa línea, insistió en desestimar la interna que atraviesa el oficialismo, y aseguró que “las discusiones hay que darlas adentro”.
Además de los referentes sindicales, alzaron la voz líderes de distintas organizaciones sociales. Entre ellos Emilio Pérsico, referente del “Movimiento Evita”, y funcionario nacional, ya que es secretario de Economía Popular del Ministerio de Desarrollo Social.
“Hay que ordenar el Frente y la estrategia electoral, y de ese proceso tienen que participar los trabajadores, ya sean organizados en la CGT, como los trabajadores del nuevo conflicto social que expresan las organizaciones sociales”, sostuvo el dirigente social en diálogo con radio Futurock.
Estas declaraciones y presiones ponen en tela de juicio las decisiones del Presidente. Si bien Fernández ha expresado sus intenciones de tener una mesa de debate más amplia, desde el kichnerismo más estricto no ha sido visto con buenos ojos.
Cabe recordar que a la convocatoria que buscan asistir la CGT y los movimientos sociales, no irán Cristina Kirchner ni Máximo Kirchner. Desde el entorno de la vicepresidenta no han confirmado su presencia, y se especula que no estará en la cumbre oficialista. Por su parte, el referente de La Cámpora se ha mostrado en repetidas ocasiones enfrentado a las decisiones de Alberto Fernández, en un vínculo que no prospera.