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domingo, noviembre 24, 2024
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A LOS 22 QUEDÓ EN COMA Y DESPERTÓ A LOS 55

Un caso conmueve y genera debate en España. El protagonista está con su lucidez plena. El hombre quedó en coma en 1979, al accidentarse en un barco mercante. Su mujer fue la única persona que mantuvo la esperanza y siguió a su lado. Una versión, no obstante, indica que no son tan así las cosas.

El joven de 22 años Manel Monteagudo se golpeó la cabeza en un barco mercante en el que trabajaba. Quedó en coma durante 35 años y, un buen día, despertó y puede contarla, al menos, como la recuerda.

Se hizo marinero a los 14 y viajó por muchos mares y vivió en varios países, aún siendo un adolescente. El 28 de febrero de 1979, en un barco alemán, cayó desde 6 metros, quedando en coma por 35 años. Ese día era el de su cumpleaños.

Estuvo meses en un hospital de Irak, años en uno de La Coruña y finalmente lo llevaron a casa. Allí, lo cuidó Conchi, su novia, hoy su esposa, durante la mayor parte de estos años. Así es, inicialmente la historia, sin embargo, hay dudas e inconsistencias.



“Mi camino era el cementerio”

En una nota de El Mundo, Manel reveló, también en un blog, que, según los profesionales, “el coágulo que tenía en la cabeza, y que todavía lo tengo, no se podía sacar, estaba en un sitio muy malo. A mi mujer le decían que cualquier día cuando se despertase me encontraría frío. Nada más. Mi camino era el cementerio. Le decían a mi esposa que asumiera que estaba muerto en vida”.

Cuenta la historia que Manel despertó el 15 de octubre de 2014, 35 años después: “Mi primera impresión es que el accidente lo tuviera el día anterior, que estaba en un hospital, pero en Basora. En ningún momento fui consciente de que estaba en España, yo pensaba que era el día siguiente del accidente”, dijo al retornar.

Sobre su ahora esposa, Conchi reveló. “Para mí era mi novia, yo no soy consciente de que ya era mi esposa. Tan pronto le vi la cara, la reconocí. Lo que no me encajaba para nada era el cabello, porque tenía muchas canas”, rememora Manel. No obstante, no podía decirlo con palabras, no podía preguntarle nada a su esposa. Tras tanto tiempo en su estado, debía pasar por una rehabilitación para poder volver a hablar, a ir al baño o a caminar.



Ilustra la nota de El Mundo: “Manel no sabía que existía internet, ni que hubiese más de dos canales de televisión. No entendía lo que era un mando a distancia, e incluso a día de hoy la posibilidad de conectarse por videollamada desde el ordenador de su casa le parece ‘ficción’. Cuando supo que España había ganado el Mundial de Fútbol en 2010, preguntó sarcásticamente si los otros eran ‘cojos'”.

“El salto al futuro que ha vivido Manel, este hombre de 65 años no ha sido fácil. La sociedad, la tecnología, la medicina, la comunicación, las personas que conocía… todo a su alrededor había cambiado. Además, residía en el domicilio conyugal en Vigo, su casa ya no estaba en Noia. Y estaba casado. Explica que en una época donde la convivencia sin un contrato matrimonial era más complicada, esta fue la única manera que encontró Conchi para poder cuidarlo”, toma el diario español de una entrevista de la agencia Efe.

“No era padre cuando se quedó en coma. Pocos días después de despertar, cuando todavía no se había hecho a la idea de que tenía dos hijas, vivió el nacimiento de su nieta. Hoy en día es abuelo por partida doble y sus hijas tienen 37 y 26 años. Estos son algunos detalles de su vida que ha compartido con EFE, pero pide que otros continúen formando parte de su intimidad”, dice El Mundo.



La controversia

Luego de la nota inicial del El Mundo hace pocos días, hoy el diario español publicó una nueva nota, titulada: Dudas y contradicciones del caso de Manel Monteagudo: “Estaba en coma, pero salía esporádicamente de casa”.

En ella, se justifica así: “La historia del gallego que asegura que despertó de un coma después de 35 años ha sido replicada por docenas de medios, entre ellos El Mundo. Pero el testimonio de expertos, su círculo personal y el hospital que le trató ofrece suficientes contradicciones para dudar de la veracidad de su relato”.

Y aclara: “Para aclarar lo sucedido, este diario ha consultado con expertos en neurología, además de fuentes de su círculo personal y del centro hospitalario que le trató. La conclusión es contundente: existen suficientes contradicciones en la historia para dudar de gran parte de las afirmaciones de Monteagudo.



Según el Facebook de Manel, se casó con Conchi en 1983 y ella era su enfermera. Se supone, entonces, que el hombre estaba “dormido” cuando dio el sí quiero a su mujer.

El diario siguió investigando que sus dos hijas tienen hoy 37 y 26 años. Él lo explica así: “Por respeto a mi mujer, no puedo hablar de ese tema”.

Lo cierto es que, a pesar de salir en muchos medios, nadie, ni siquiera de la familia, ha confirmado su historia. Las dudas son cada vez más grandes, al igual que las inconsistencias. Mientras tantos, Manel Monteagudo guarda riguroso silencio, como si estuviera dormido.