Con una natalidad en caída y una población que envejece, las dinámicas sociales, económicas y sanitarias exigen respuestas innovadoras para enfrentar los retos y capitalizar las posibilidades de un futuro inclusivo. En San Nicolás, la tendencia local refleja el impacto de este fenómeno global. En los últimos años los nacimientos se redujeron un 32,8%.
De la redacción de EL NORTE
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La Argentina atraviesa un cambio demográfico profundo: la tasa de natalidad registra una marcada disminución que impacta en todos los niveles de la sociedad. Entre 2014 y 2022, según el Observatorio del Desarrollo Humano y la Vulnerabilidad del Instituto de Ciencias para la Familia de la Universidad Austral (UA), los nacimientos cayeron un 36%, pasando de 777.012 a 495.295. Este fenómeno también se refleja en la educación, con una reducción significativa en la matrícula escolar inicial y primaria.
A nivel local, San Nicolás no escapa a esta tendencia. Datos proporcionados por el hospital San Felipe y el sanatorio Nuestra Señora del Rosario a EL NORTE muestran que los nacimientos han caído de manera constante. En 2018, nacieron 2.311 niños y niñas, pero para 2024 esa cifra disminuyó a 1.554, marcando una baja del 32,8% en solo seis años. Este cambio se alinea con un panorama global donde el envejecimiento poblacional plantea desafíos urgentes.
Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en 2020 el 10% de la población mundial tenía 65 años o más, porcentaje que se elevará al 16% en 2050. En América Latina, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) proyecta que, para el fin del siglo XXI, la edad promedio de maternidad alcanzará los 30,4 años.
La Argentina, considerada en “una etapa de envejecimiento moderadamente avanzada” según la CEPAL, enfrenta un futuro donde el 20% de su población podría ser mayor de 65 años para 2050. Este fenómeno responde a la disminución de la tasa de fecundidad y el aumento de la esperanza de vida, transformando el panorama demográfico y socioeconómico del país.
En este sentido, el envejecimiento poblacional genera importantes retos. Desde la perspectiva de la salud pública, aumenta la demanda de servicios para atender enfermedades crónicas, discapacidades y necesidades específicas de salud mental. Además, la financiación de los sistemas de salud y jubilación se ve presionada por una reducción en la población activa que contribuye al sostenimiento económico.
“Economía plateada”
En el ámbito económico, emerge el concepto de “economía plateada” o “economía del envejecimiento”, que pone en relieve las oportunidades derivadas de una población mayor activa y saludable. Sin embargo, también plantea interrogantes sobre cómo adaptar los sistemas productivos y financieros a una sociedad con menos jóvenes y más adultos mayores.
El caso de San Nicolás ilustra cómo esta transición demográfica afecta también a las comunidades locales. En los últimos seis años, los nacimientos en el distrito cayeron un 32,8%. Este descenso refleja un cambio significativo en las dinámicas familiares y sociales, con implicancias directas en sectores como la educación, la salud y la economía local.
Los datos recopilados por el hospital San Felipe y el sanatorio Nuestra Señora del Rosario muestran una disminución constante en los nacimientos. En 2024, el hospital provincial registró 924 nacimientos, mientras que el sanatorio de la UOM contabilizó 630. Esta baja también implica una reducción en la demanda de servicios educativos y un cambio en las prioridades de inversión pública y privada.
A pesar de los desafíos, el envejecimiento poblacional también ofrece oportunidades. La prolongación de la vida activa de los adultos mayores, impulsada por mejoras en la salud, puede generar beneficios económicos y sociales. Para ello, es necesario desarrollar estrategias que fomenten el envejecimiento saludable, incluyan programas de prevención de enfermedades y aseguren el acceso equitativo a servicios de salud.
La disminución de la natalidad y el envejecimiento poblacional son fenómenos que demandan una respuesta integral y planificada. En San Nicolás, así como en todo el país, estas tendencias desafían a los gobiernos, las instituciones y las comunidades a repensar sus prioridades y estrategias. La clave estará en transformar esos retos en oportunidades, garantizando un futuro inclusivo y sostenible para las generaciones actuales y futuras.