El Complejo Teatral de Buenos Aires presenta “Juana”: una obra que aborda a las principales Juanas de la historia, con el protagónico de Juana Viale y estará disponible en la sala del Teatro Regio hasta diciembre.
Bajo la dirección del reconocido coreógrafo español, Chevi Muraday y dramaturgia de Juan Carlos Rubio, la obra retoma a mujeres que se ganaron su lugar en la historia bajo el mismo nombre: “Juana”.
A los textos de la escritora y periodista brasileña Clarice Lispector, se le suman los de la guionista argentina, Marina Seresesky y su par Juan Carlos Rubio. Esta selección que, en conjunto, se vuelve un ensamble perfecto, se mantiene desde el estreno de la obra en 2019, en España.
Además, el espectáculo, en una combinación impensada, conjuga fragmentos del Antiguo y Nuevo Testamento, William Shakespeare y Juana Inés de la Cruz, entre autores contemporáneos y del XVIII.
Cinco años después de su debut, el trabajo respeta los detalles que lo convierten en una especie de danza que coreografía a los hitos históricos atemporales. Estos actos interpelan constantemente sobre el lugar de la mujer en el mundo: una premisa que tiene está presente desde la sinópsis hasta en los diálogos.
Juana la papisa, Juana de Arco, Juana Doña, Juana la loca o Sor Juana Inés de la Cruz se presentan en escena de jueves a domingos en el barrio de Chacarita. Estas mujeres, que quedan lejos de la calle Corrientes, se hacen eco en un acto que no es cronológico, para encastrar sus historias al ritmo de la obra.
La actriz española Aitana Sánchez fue la responsable de encarnar los roles por primera vez en Madrid. En Argentina lo hace una tocaya de las protagonistas, Juana Viale. La intérpre y conductora asume la responsabilidad de abordar a cada personaje con la calidad que representa en su amplia experiencia.
Sin embargo, Viale no sólo se destaca en su trabajo habitual, sino que se sumerge en la danza. En este sentido, el coprotagónico es de los bailarines Nicolás Baroni, Rodrigo Bonaventura, Emiliano Pi Álvarez y Andrés Rosso que realizan un trabajo súmamente destacable.
Tal como indicó Muraday, los hombres son “una manada de lobos que protegen o destruyen”. Es que, de alguna manera, impregnan el ritmo de cada historia, con una técnica excepcional y movimientos impactantes que se sumergen en lo acrobático sin dejar de lado el estilo contemporáneo.
Viale pasa, sin problemas, de ser una guerrera – Juana de Arco- a convertirse en una pontífice – la papisa- o bien es capaz de llorar y venerar los restos de un difunto marido – la loca-. En este sentido, la adaptación escenográfica de Vanesa Abramovich completa cada imagen y logra que el espectador se adentre aún más en la historia.
Juana camina en una cinta y los hombres la rodean. Un fondo negro que simula el paso del tiempo al que la protagonista le hace frente. Ella va de rojo, un contraste necesario a la hora de correr sobre su eje. “Hay un tiempo humano y un tiempo salvaje”: la frase da lugar al inicio de un viaje que mantendrá al público alerta por los próximos 80 minutos.
“Los vestigios de un legado que retumba una y otra vez en los, a menudo, sordos oídos del presente. Esta obra explora los ciclos del mundo, la naturaleza salvaje y profunda de la mujer, el camino de la vuelta a casa”, concluye la sinopsis del espectáculo.
La obra es parte del Festival Internacional de Buenos Aires (FIBA) y la función del sábado 26 de octubre será excepcionalmente gratuita.