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viernes, septiembre 20, 2024
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Revolución silenciosa: cómo la IA está transformando la justicia en Argentina

La adopción de sistemas inteligentes en tribunales y estudios jurídicos promete agilizar procesos y optimizar tareas, augurando profundas transformaciones para el futuro de la práctica del derecho y la administración de justicia.

La inteligencia artificial lleva más tiempo entre nosotros que lo que muchos podrían imaginar, y aunque tecnologías como ChatGPT y otras herramientas generativas se han vuelto extremadamente populares, la IA se ha estado infiltrando de manera silenciosa y sutil en nuestra vida cotidiana desde finales de los 90. Desde algoritmos simples para corrección ortográfica en procesadores de texto a los asistentes virtuales en nuestros teléfonos, la IA ha ido evolucionando y expandiéndose a diversos ámbitos, incluyendo el judicial.

Un ejemplo de ello es Prometea, el primer sistema de inteligencia artificial predictivo de América Latina aplicado a la justicia y la administración pública, desarrollado en 2017 por el Ministerio Público Fiscal de la Ciudad de Buenos Aires. El propósito de Prometea es liberar a los funcionarios judiciales de tareas repetitivas, permitiéndoles concentrar sus esfuerzos en asuntos más complejos, donde la intervención humana no solo es indispensable, sino irremplazable. Esto incluye brindar apoyo emocional a las víctimas, o abordar casos donde la complejidad requiere un mayor análisis e interpretación más profundos.

Entre otras tareas, Prometea es capaz de predecir la solución de un caso judicial en menos de 20 segundos con una tasa de aciertos del 96%, elaborar 1.000 dictámenes jurídicos, -que antes llevaban 174 días- en solo 45 días, o confeccionar un pliego para contrataciones públicas en apenas un minuto, tarea que manualmente ocupaba dos horas. La eficiencia lograda con la implementación de Prometea no solo no resultó en la reducción de personal, sino que por el contrario, condujo a una reestructuración beneficiosa de las tareas hacia actividades donde el pensamiento crítico y la toma de decisiones contextuales son fundamentales.

Los tribunales de las provincias de Córdoba, Corrientes, Buenos Aires y Río Negro también han introducido herramientas de IA para optimizar la eficiencia, sustituyendo controles y procesos que anteriormente requería la intervención de un empleado judicial. En la misma línea, el Ministerio de Justicia lanzó el pasado mes de abril el Programa Nacional de Inteligencia Artificial en la Justicia, un proyecto enfocado en modernizar y dinamizar los procedimientos judiciales y administrativos a través de la incorporación de inteligencia artificial. La iniciativa busca reducir los plazos burocráticos y democratizar el acceso a la justicia a toda la población.

Nuevas herramientas

La justicia de Córdoba apuesta a la IA para acelerar la respuesta en los procesos

Pero más allá de los sistemas de IA diseñados específicamente para el ámbito judicial, algunos profesionales del derecho están comenzando a incorporar herramientas de inteligencia artificial generativa para complementar su labor y asistir en sus procesos de toma de decisiones. Días atrás, en un caso pionero en la región, el juez en lo civil y comercial Dr. Marcelo Quaglia utilizó IA para reforzar su argumentación en una resolución que ordenaba a la empresa Aguas Santafesinas asegurar el suministro de agua a los vecinos de la zona sur de la ciudad.

“La inteligencia artificial es un recurso que yo entiendo que tenemos que incorporar en la tarea del trabajo diario de la justicia, y éste era un caso relativamente simple”, explica el magistrado ante la consulta de Rosario3. “La idea era poder reconocer o visibilizar que esta herramienta existe, que se puede utilizar, pero en casos que no sean tan complejos o tan difíciles de resolver como podrían ser a lo mejor otros de otra entidad. Así que un poco la razón de usarla en este caso en particular apuntó a eso. Estamos hablando de un refuerzo o una herramienta de respaldo que no es la única utilizada, sino que es como un accesorio, como la cereza del postre para terminar de fundamentar o argumentar el caso”, detalla el Dr. Quaglia.

El magistrado ya había utilizado anteriormente esta tecnología, “más que nada para búsqueda de información, precedentes, antecedentes o normas, siempre verificando y chequeando esa información, porque no podés quedarte con la respuesta aislada de la inteligencia artificial. Pero es la primera vez que vuelco en una sentencia judicial lo que la inteligencia artificial expresamente me responde”, indica.