La baja en las ventas de medicamentos sin cobertura entre diciembre y abril impacta en las farmacias, mientras que los recetados cayeron un 20% en el mismo período, según estadísticas del Sindicato Argentino de Farmacéuticos y Bioquímicos. “Los precios que impone la industria farmacéutica para estos productos son altos. La gente se arregla con lo mínimo indispensable”, marcó el coordinador del Colegio de Farmacéuticos local, Nicolás Troffe.
De la Redacción de EL NORTE
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Entre diciembre y abril los medicamentos de venta libre registraron una baja del 35%, mientras que los recetados cayeron 20% en el mismo período. Así lo indican las estadísticas del Sindicato Argentino de Farmacéuticos y Bioquímicos, datos que fueron ratificados por el sector farmacéutico nicoleño.
También entre esos meses los precios de los remedios se dispararon 157%, muy por encima de la inflación, que para ese lapso fue del 80%.
“A nivel local esos números se repiten y, en algunos casos, se profundizan más. Los productos de venta libre bajaron más de un 35% porque los precios que impone la industria farmacéutica son altos, no tienen cobertura por la seguridad social, y por lo tanto el paciente lo tiene que desembolsar totalmente de su bolsillo. Lo cual, en estos momentos, resulta más que complicado. La gente se arregla con lo mínimo indispensable”, remarcó el coordinador del Colegio de Farmacéuticos de San Nicolás, Nicolás Troffe.
Quien diferenció aquello de los medicamentos recetados –que también tuvieron bajas en las ventas, aunque en menor medida–, donde sostuvo que “la gente no accede por una cuestión de bajos ingresos”. Y amplió: “Por más que tengan cobertura, muchos medicamentos de tratamientos especiales tienen precios tan altos que el paciente debe afrontar gastos importantes. Hoy se retraen los gastos en medicamentos para acceder a la comida”.
“Va a continuar bajando”
En cuanto a la tendencia para los meses venideros, Troffe consideró que las ventas de medicamentos “van a continuar bajando”, ligándolo también a la resolución Nº 4171/2024 de la Anmat de medicamentos inhibidores de la bomba de protones, para tratamientos gástricos y de acidez (cuyas drogas son omeprazol, lansoprazol, pantoprazol y esomeprazol) que pasaron de ser recetados a ser de venta libre.
“Los farmacéuticos estamos totalmente en desacuerdo con dicha resolución, por una cuestión de salud pública. Consideramos que debe ser una medicación controlada por un médico y con seguimiento. Pero, además, ahora el paciente que quiera continuar con dicho tratamiento debe pagar el medicamento en su totalidad sin cobertura”, sostuvo el farmacéutico.
Asimismo, señaló que fue una resolución de aplicación inmediata por lo que muchas prepagas y obras sociales “ya los retiraron de sus vademécums o les quitaron la cobertura, porque la mayoría de las obras sociales no cubren medicamentos de venta libre”. “Esta medicación es muy utilizada y tiene un costo elevado. Por lo que se espera que siga bajando la venta, que influye tanto en la economía del paciente como en la de las farmacias, que tenían en stock todos estos productos para dispensar con receta médica y que hoy la gran mayoría no los va a comprar. Seguramente quedarán en un stock perdido”, sumó.
Política sanitaria
El secretario general del Sindicato Argentino de Farmacéuticos y Bioquímicos, Marcelo Peretta, cuestionó la política del Gobierno con relación a los medicamentos, por entender que se “favorece la remarcación descontrolada de los laboratorios en detrimento de la población”.
“En esto, el Gobierno está favoreciendo a los laboratorios al autorizar esas subas, mientras que a las prepagas les pone límites”, sostuvo el dirigente.
Peretta explicó que “el beneficio a la industria de los medicamentos viene por dos lados: la autorización a subir los precios y la luz verde para pasar a venta libre lo que hasta ahora era bajo receta”.
“Mientras autoriza estas cosas se pone en guerra contra las prepagas, que tienen un 40% de sus prestaciones concentrado en el rubro medicamentos”, se quejó el sindicalista, en declaraciones a Diario Popular.
Además, puntualizó: “Tenemos entre un 18 y un 20% de recetas caídas, que es lo que ocurre cuando el paciente viene a la farmacia y se entera de que no puede pagar el remedio. Esto significa lisa y llanamente que el enfermo deja de tratar su dolencia, algo que en el corto y mediano plazo puede originar una crisis sanitaria”.
También señaló que el gasto en remedios, que antes de diciembre representaba el 20% del ingreso de los trabajadores activos y el 40% de los pasivos, ahora pasó a ser 28% y 50%, respectivamente.
“En el caso de los jubilados, si bien es cierto que PAMI solventa el precio de muchos remedios, hay muchos que no los cubre y eso posibilita la lamentable y reiterada escena que debemos presenciar en las farmacias cuando una persona se retira sin haber podido comprar su medicamento”, enfatizó.