Las seccionales de Villa Constitución y La Matanza rechazan el entendimiento. Es que el acuerdo firmado –semanas antes– por Acindar con el Grupo ArcerlorMittal contenía una cláusula según la cual si lo resuelto por UOM en la paritaria siderúrgica resultaba diferente, la suba en la empresa se acomodaría a ese criterio. Es decir, un empeoramiento de al menos dos puntos porcentuales entre un acuerdo y el otro. Amenazan con lanzar un congreso a espaldas de Furlán.
De la redacción de EL NORTE
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Un acuerdo entre la conducción nacional de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) y el Grupo Techint desató una crisis interna con dos seccionales clave del gremio, las de Villa Constitución y La Matanza, cuyos líderes objetaron el entendimiento y amenazaron con tomar medidas de fuerza para desconocerlo. Fue la primera repercusión del cierre de la paritaria de la rama siderúrgica con un aumento trimestral cercano al 40%, dos puntos y medio menos que lo convenido en la actividad metalúrgica semanas atrás.
El conflicto comenzó a destrabarse la semana pasada una vez que el holding siderúrgico que encabeza Paolo Rocca le comunicó al sindicato que aceptaba la propuesta de dividir en tres tramos acumulativos la suba: 12,2% retroactivo para los sueldos de julio, y otras dos cuotas de 12% cada una en agosto y septiembre. También se resolvió el pago de $60.000 no remunerativos, a ser pagados $50.000 el 6 de septiembre, junto con el Día del Metalúrgico, y el resto con los sueldos de ese mes.
En las seccionales rebeldes dijeron que la suma acumulada es menor al 42,6% pactado en la paritaria general, pese a que el Ministerio de Trabajo informó que ese número era el que había sido trasladado a siderurgia. Con lo resuelto el Ingreso Global de Referencia (el mínimo garantizado para un operario recién ingresado) para la actividad del acero pasará a ser de 250.000 pesos en bruto en julio, $ 275.000 en agosto y 300.000 pesos en septiembre. Se trata del primer acuerdo que la UOM suscribe en su dinámica de paritarias luego de la devaluación pos-PASO que generó una disparada de precios general en la economía.
Dos puntos menos
El acuerdo causó malestar en al menos dos seccionales, la de Villa Constitución y la de La Matanza. En el primer caso, sobre todo, porque las autoridades locales habían alcanzado un entendimiento –semanas atrás– con Acindar y otros grupos empresarios del rubro que operan en la zona para resolver un aumento que empataba el de la UOM para la actividad metalúrgica: las tres cuotas fueron, acumulativas entre sí, de 20% en julio, 9% en agosto y 9% en septiembre. En la cuenta de Villa Constitución el cierre daba 42,6%, tal como se había pactado en la denominada Rama 17.
En esa seccional, que representa a unos 1700 operarios, el clima es de tensión: es que el entendimiento con Acindar contenía una cláusula según la cual si lo resuelto por UOM en la paritaria siderúrgica (Rama 21) resultaba diferente, la suba en la empresa se acomodaría a ese criterio. Es decir, un empeoramiento de al menos dos puntos porcentuales entre un acuerdo y el otro. Así lo hizo saber Pablo González, el secretario general de Villa Constitución, en un audio que distribuyó anoche entre los delegados de la seccional.
Convocatoria
Tanto Villa Constitución como La Matanza (que tiene unos 500 trabajadores en la rama) acordaron, además, la realización inminente de un “congreso siderúrgico” para aunar criterios acerca de cómo abordar el resultado de la paritaria comandada por Abel Furlán. En otras palabras, un desaire para la conducción nacional del gremio que apenas lleva un año y medio al frente de la UOM.
El holding Techint fue señalado por el gremio y el Gobierno como responsable de las complicaciones de la paritaria en su etapa metalúrgica (con la influencia decisiva que tiene el grupo sobre las industrias) y, mucho más, en la de la rama siderúrgica. Incluso hubo empresarios que advirtieron que el la compañía de Rocca influía sobre sus pares para disuadirlos de acordar con el gremio. La tesis compartida es que “la T” buscaba calzar la paritaria con el clima electoral para dar una señal de fortaleza hacia los gremios y el resto del empresariado.
En el tramo final de la discusión de la Rama 21 la tensión se trasladó hacia el interior del gremio, con seccionales díscolas que buscaban ir a un conflicto con paros y la jefatura nacional a cargo de Furlán que lo evitaba por entender que era el escenario deseado por Techint para lanzar una aparente oleada de despidos masivos.