La dirigente oficialista Carmela Moreau renunció a su cargo ad honorem de asesora en la Jefatura de Gabinete con una dura carta, en la que advirtió que “la procrastinación en la toma de decisiones atentan contra el éxito del Gobierno y las aspiraciones a renovar el voto de confianza de la sociedad en 2023”.
La secretaria general del partido Igualar e hija del diputado nacional Leopoldo Moreau difundió en redes sociales su dimisión y afirmó que “motiva esta decisión el hecho de que el rumbo trazado en 2019 dista de ser el que finalmente imprimió el Gobierno en estos más de tres años de gestión”.
“Resulta evidente que las deudas históricas de la democracia con la sociedad argentinas no pudieron ser saldadas y las políticas sociales dirigidas a mitigar los efectos de la inflación en una economía condicionada por la crisis de deudas heredada aún resultan insuficientes.
Ello, sin prejuicio de los esfuerzos del nuevo Gabinete económico que sí logró `tranquilizar´ y estabilizar las variables que otros funcionarios que no funcionaban habían contribuido a alterar con una irresponsable gestión de la deuda pública”, agregó la saliente funcionaria.
Además, Carmela Moreau consideró que “las graves consecuencias de políticas falladas sobre quienes más padecen son inadmisibles en un gobierno popular” y profundizó: “El contexto de la pospandemia y la guerra nos obligan a dirigir nuestra atención hacia quienes más esperan de nosotros y más necesitan la presencia de un Estado activo”.
“Por otro lado, en materia de calidad institucional, se dejó pasar la oportunidad de materializar una reforma profunda del sistema judicial en su conjunto, que hoy está expuesto como una verdadera vergüenza para la República y quejó lejos de brindarle un servicio de justicia siquiera digno a los argentinos”, se quejó la hermana de la presidenta de la Cámara de Diputados, Cecilia Moreau.
Como cierre de su carta de renuncia, la ex asesora de la Jefatura de Gabinete advirtió que “la procrastinación en la toma de decisiones, la falta de apego al contrato electoral propuesto en 2019 y la inacción frente a la necesidad de conformar una mesa política que institucionalice el frente para dejar de ser una mera coalición electoral atentan contra el éxito del Gobierno y las aspiraciones a renovar el voto de confianza de la sociedad en 2023”.