En el Colegio de Abogados de San Nicolás, el pasado martes 6 de septiembre, junto a un acto académico, se llevó a cabo la imposición del nombre del extinto letrado local Dr. Gotardo Iván Migliaro al Instituto de Derecho Penal y Asuntos Penitenciarios.
El acto académico
A partir de las 17.30, se llevó a cabo una jornada académica alusiva sobre Jurisprudencia General de Casación Penal, con la intervención como disertantes de miembros del Tribunal de Casación Penal de la Provincia de Buenos Aires, los Dres. Ricardo Ramón Maidana (integrante de la sala I), Fernando Luis María Mancini y María Florencia Budiño (integrantes de la sala II) y Mario Eduardo Kohan (integrante de la sala IV).
La sala del Auditorio Dr. Juan Luciano se encontraba colmada de asistentes. Tras las respectivas exposiciones, ya en la parte final de la jornada académica, los jueces respondieron múltiples preguntas de los presentes, en las que combinaron tanto el régimen legal vigente como su experiencia en la aplicación del mismo y la evolución de la jurisprudencia en temas como las cuestiones de género, la procedencia del recurso, la inconstitucionalidad, etc.
La distinción
En la parte final del acto, el presidente del Colegio de Abogados, Dr. Alejo Luis Maiztegui, anunció la distinción por la cual, a la manera de homenaje, se imponía el nombre del Dr. Gotardo Migliaro al Instituto de Derecho Penal, dedicado al estudio y profundización de temáticas vinculadas al Derecho Penal.
El Dr. Gotardo Migliaro, fallecido hace unos años, fue un reconocido penalista que se desempeñó en el foro local durante más de 40 años, llegando a ser conjuez de la Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires. Domiciliado en la vecina ciudad de Ramallo con su esposa e hijas, Matilde y Marina, tenía su estudio en una galería de calle Mitre. Una de sus hijas, la Dra. Matilde Migliaro, continuadora del bufete jurídico de su padre, agradeció la nominación con emotivas palabras y recibió, junto a su hijo Nicolás, una placa recordatoria del evento que se celebraba.
El homenajeado tenía un trato amable y cercano, y se caracterizó por una gran sagacidad y perseverancia en las causas en las que intervenía. Muchos colegas valoraron su disponibilidad para la transmisión de experiencias abonadas por su alto nivel cultural general. Pasadas las 21.00, los presentes se retiraron del recinto habiendo incorporado no solo conceptos técnicos llegados desde una alta fuente calificada, sino con la alegría de que el trabajo tesonero de casi medio siglo de un colega había dado un fruto póstumo.
