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miércoles, diciembre 11, 2024
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MERENDEROS LOCALES DEBIERON RACIONAR PORCIONES DE COMIDA Y REDUCIR LOS DÍAS DE ENTREGA

POR LOS AUMENTOS

La situación inflacionaria continúa golpeando a los sectores más vulnerables. EL NORTE pudo saber que muchos merenderos y comedores de nuestro distrito debieron reducir los días de entrega de viandas y racionar las porciones. Vale recordar que este diario realizó un informe donde pudo consignar que son más de 21.000 nicoleños los que asisten a buscar un plato de comida, y ese número hoy creció de forma abrupta.

Merenderos y comedores en alerta. Archivo EL NORTE

Guillermo Puliti
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Todo aumenta. Debido a la difícil situación inflacionaria y la dinámica que está sufriendo el dólar, cada vez se hace más complicado llegar a fin de mes. Los productos se encarecieron, llevar una alimentación balanceada se ve trunca ante la imposibilidad de realizar grandes gastos en carnes, frutas y verduras.

En particular empeora para los merenderos y comedores locales. EL NORTE dialogó con varios responsables de estos lugares, quienes confiaron que debieron reducir los días de entrega de las viandas y racionar las porciones para poder entregar las mismas a más nicoleños. Por otro lado, sigue creciendo el número de personas que buscan alimento en un comedor.

“La verdad es que se nos está haciendo muy difícil darle de comer a las más de 300 familias que vienen a buscar un plato de comida. Debimos reducir los días de entrega porque se nos estaba haciendo insostenible. Siempre tratamos de poder dar algo lo más nutritivo posible, pero ya las donaciones no alcanzan”, confió Luis Madera, responsable de la ONG Jóvenes Valientes.

En concreto, dicha ONG cuenta con merendero y comedor en dos barrios de zona sur: Astul Urquiaga y Virgen de Luján. Sin embargo, no solamente vecinos de esa zona asisten, ahora también se sumaron nicoleños de barrios aledaños y sectores. Incluso se han acercado vecinos de la parte norte de San Nicolás.

Otro ejemplo es el comedor Refugio de Amor, que tiene a su cargo más de 120 familias. Una de sus responsables, Liliana Vivas, manifestó a EL NORTE que “últimamente damos la comida solamente cuando podemos. Tratamos de que sean al menos tres días, pero a veces no se puede y nos duele, porque son muchos los que vienen”.



De inmediato, agregó: “Pero no es solamente eso, ya no podemos comprar nada. Lo que menos estamos brindando es carne. Tuvimos la suerte la semana pasada de hacer una pollada porque nos donaron los pollos, pero si no, es insostenible. Con el frío los guisos se convirtieron en los menús más realizados, pero nos preocupa la llegada del calor, aunque falte, sabemos que va a ser muy difícil”.

A fines del año pasado, EL NORTE pudo consignar que, al menos, eran 21.160 los nicoleños que asistían a los comedores y merenderos de la ciudad, es decir, el 13,65% de la población local de ese momento. Hoy el número ha crecido demasiado, pero sin posibilidad de concretar un número.

“Nosotros tenemos un número estimado de la cantidad de gente que asiste, pero varía todo el tiempo. Pueden ser 600 personas como 1000, lamentablemente depende de las necesidades que tengan las familias. Son cada vez más los nicoleños que se quedan sin empleos formales por la situación actual que vivimos”, aseveró otro responsable.

Necesidades

La alimentación no es la única carencia entre las personas más vulnerables. Muchos están viviendo en condiciones indignas, con casas formadas por chapas y sin servicios. Las adversidades son mayores cuando persiste la falta de trabajo y oportunidades. Aquí también juegan un rol fundamental los merenderos o comedores, ya que muchos han puesto en marcha campañas para renovar esas viviendas y brindar un apoyo mayor.

Si vamos a algunos ejemplos, EL NORTE dialogó con Marisol, madre de siete niños y que se moviliza de barrio en barrio en busca de un plato de comida para sus pequeños. “Mi marido no tiene trabajo y solo hace changas de vez en cuando. Vivimos los nueve en una casilla que pudimos hacer con ayuda de mucha gente. Por lo general vamos a varios comedores, porque nos cuesta mucho llegar a comprar alimentos por nuestra cuenta”, manifestó.
Hay muchos comedores en la ciudad, algunos con más y otros con menos nicoleños a cargo, pero al fin y al cabo todo se reduce a una palabra: hambre. No es casualidad que esto impacte directamente tras la falta de trabajo y oportunidades. Irse a dormir con la panza vacía es inhumano y por eso siguen apareciendo merenderos, aunque sería un sueño que los héroes solo lleven capa y no que den de comer a nicoleños hambrientos.