La cuarentena obligatoria por coronavirus generó consecuencias de diversa naturaleza en las relaciones humanas. Entre ellas puede citarse la formalización de las rupturas matrimoniales. En San Nicolás, los divorcios se duplicaron durante el encierro. En los juzgados locales se formalizaron 15 divorcios durante el año 2020 y 16 en 2021. Si se lo compara con los 7 del año 2019, el crecimiento supera el cien por ciento.
Julieta Clérici
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Para algunas personas el confinamiento fue la gota que rebalsó el vaso y esa relación que pendía de un hilo, concluyó en un divorcio.
“Muchas parejas que tenían el proyecto de irse a vivir juntos y se mudaron para acompañarse durante el confinamiento, convivieron dos o tres meses y se separaron. Por otro lado, las parejas que eran estables, pero tenían algunos problemas, perdieron el contacto social que les permitía eliminar las tensiones y, por lo tanto, se incrementó el roce en la casa.
Además, la sumatoria de tener chicos en el hogar implicó repartir tareas y cumplir nuevos roles, como el de docente. Esto aceleró más las separaciones”, expresó una psicóloga especialista en parejas.
Según informaron desde el Registro de las Personas del Ministerio de Gobierno bonaerense, durante el año 2021 fueron veinticuatro mil las parejas que formalizaron legalmente su ruptura matrimonial. De acuerdo con esta cifra, se puede abordar entonces en un promedio de 460 divorcios por semana en la provincia de Buenos Aires. El número se duplicó pasando de 12.382 a 24.551 exactamente entre los años 2020 y 2021. El dato de color refiere a que significa la tasa más alta de divorcios de los últimos quince años.
Aunque las causales del cese matrimonial representan información confidencial que queda en manos de cada juzgado, de acuerdo con un estudio proveniente del Observatorio de la Facultad de Psicología de la UBA, se pudo advertir que el establecimiento de la cuarentena generó quiebres en las parejas por el motivo de haber tenido que compartir mucho más tiempo juntos. Por ende, el alto nivel de convivencia constituiría una de las principales causas del aumento de divorcios en una de cada tres parejas durante dicho período.
Este fue el caso de Luis (54), que durante la pandemia decidió que su matrimonio no podía continuar. “Ya veníamos con dificultades, pero la pandemia nos afectó muchísimo. Tenemos dos hijos de 17 y 14 años y por ellos tratamos de esperar, pero el encierro en la casa desgastó la relación de 21 años y decidimos divorciarnos. En noviembre de 2020, empezamos el proceso con los abogados, pero desde agosto ya no vivíamos en la misma casa. Creo que la pandemia acrecentó las crisis en las parejas y las familias”.
Desde ya, sin contabilizar las separaciones no formalizadas tanto por motivos económicos, familiares y/o ideológicos, entre otros.
San Nicolás
La ciudad no ha sido ajena a esta tendencia que se advirtió en el año de pandemia. En la misma sintonía, las rupturas matrimoniales formalizadas se desdoblaron y desde los juzgados locales, se constataron aproximadamente quince divorcios durante el año 2020, y dieciséis en el 2021. Si se lo compara con el año 2019 que se contabilizaron siete, evidentemente hubo un aumento.
Reforma del Código
Con la sanción de la Ley 26.994 en agosto del año 2015, entró en vigencia el nuevo Código Civil y Comercial, donde entre las diversas reformas que incorporó se encuentran artículos actualizados y relacionados con el divorcio.
Dichas actualizaciones se tratan en primer lugar, con la posibilidad de solicitar el trámite de desvinculación matrimonial de forma unilateral. Al tradicional modo de proceder conjuntamente, donde ambos cónyuges tienen el deseo de separarse y solicitan el inicio del divorcio simultáneamente, se le añade la oportunidad de petición de solo una de las partes.
Además, se eliminó aquel requerimiento temporal en el que era necesario contar con cierta cantidad de años de matrimonio para solicitar el trámite. Asimismo, tampoco es imprescindible alegar una causa y explicar los motivos de la separación al juez.
Y por último, indefectiblemente se debe plantear una “propuesta” que englobe división de bienes, régimen de comunicación y alimentos en el caso de tener hijos en común, atribución de la vivienda familiar, y la compensación económica entre los cónyuges.