YANINA AGUIRRE CUENTA CÓMO SE RECUPERA DEL VIOLENTO ACCIDENTE EN SAVIO Y SAN MARTÍN

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La llegada a la Av. Savio y San Martín mostraba el impacto y la situación dramática del accidente de tránsito. Fue el 31 de marzo cuando en la ciudad de Ramallo una camioneta Mercedes Benz modelo GLK y una moto de baja cilindrada terminaron impactando contra un local de lencería sobre la Av. Savio en dirección hacia San Nicolás. Más tarde se confirmó que la camioneta embistió a la moto. Al llegar al lugar, las imágenes describían la situación. Muchos vecinos se agolparon para ver qué sucedía. Rápidamente llegó personal del Sistema de Emergencia Municipal, Bomberos Voluntarios, policía y guardia urbana.

Ese mismo día, el doctor Juan Manuel Desposito, director del Hospital municipal, informó lo siguiente: “La mamá que iba en la moto está grave, fue derivada al San Felipe con traumatismo de pelvis; el hombre que manejaba la camioneta aparentemente es epiléptico, lo están evaluando, presuntamente fuera de peligro. El hombre que manejaba la moto había quedado debajo de la camioneta y sufrió quemaduras y escoriaciones. La menor que iba en la moto sufrió politraumatismos, se la está evaluando con el pediatra, se le realizaron ecografías”.

En la moto iban Nicolás Olivero, Yanina Aguirre y la hija de Yanina. La historia hoy la pueden contar gracias a Dios, como dice Yanina. Habla con una paz… y se nota en el tono de voz. Dice que no tiene rencores ni odios y agradece a la comunidad de Ramallo por la solidaridad.

Recuperación

Esta semana Yanina podrá operarse de vesícula, una lesión que le dejó el accidente. Para eso su familia tuvo que sacar un crédito, ya que la operación por el cuadro de situación de la pandemia no podía realizarse en un hospital público. Así que por estos días necesitan la colaboración de los vecinos. La forma de hacerlo es destinar una suma de dinero mínima que sea en el flyer de la cuenta DNI.

Yanina empezó contando: “Quedó bajo la camioneta mi pareja. Bianca, gracias a Dios, solo tuvo raspones, fue un ángel que la protegió. Yo tuve la quebradura de pelvis que se rompió en varios pedazos. Me trasladaron a San Nicolás. Me tuvieron que abrir. Tengo la panza abierta, para ver desde dónde despedía mucha sangre. Me pusieron gasas y de esa manera me salvaron la vida. Estuve diez días en terapia con riesgo de muerte”.

Luego dijo: “Lo más fuerte fue cuando le dijeron a mi mamá que tenía que entrar a despedirme, y a mi familia; fue muy impactante para mí porque no había nada que hacer. Cuando despierto de terapia los médicos me dijeron ‘no lo podemos creer, vos sos un milagro que estés acá. Vos no tendrías que estar acá, se ve que arriba no te quieren todavía’. Ellos me contaron que me estaba muriendo y que mi familia había entrado a despedirme. Y que bueno, es un milagro y hoy estoy viva gracias a ese milagro, porque no tenía chances de vivir”.

En el relato detalló: “Tuve dos meses tutores, me los sacaron el 2 de junio. Gracias a Dios tengo que volver a ir dentro de un mes. Estoy inmovilizada en la cama ortopédica haciendo esto en la casa de mi mamá por el tema de la COVID, no puedo estar internada porque tengo las defensas bajas y sería fatal”.

Vecinos de Ramallo

Posteriormente se encargó de agradecer a los vecinos de la ciudad de Ramallo: “Demasiada respuesta por parte de los vecinos, no lo puedo creer, hasta el día de hoy sigo recibiendo mensajes. Agradezco también al Centro Familiar de Cristo. Ramallo entero me ayudó”.

Sobre el estado actual, explicó: “Hoy estoy teniendo un problema más que es la operación de vesícula, que tiene que ver con el accidente. La cirugía sale bastante dinero, es una microcirugía. La vesícula me da mucho dolor, en todo el vientre. Me faltaba el aire y llegué a vomitar, me dieron medicación”. La familia consiguió un crédito para la operación, pero Yanina necesita que aquellos que le puedan dar una mano económicamente lo hagan. El municipio a través de la Secretaría de Desarrollo Humano y Promoción de la Salud estuvieron ayudando.

“Mi familia vale oro, porque si no fuera por ellos, no sé qué hubiera hecho. El cuidado que le dan a Nicolás y Bianca es muy grande”, manifestó.

El conductor

La primera información que circuló es que el conductor se había descompuesto. Sobre esto, Yanina expresó: “Imaginate que se me acalambra todo de estar en la cama. Tengo un mes acá, después arrancar rehabilitación. Nadie se comunicó conmigo. Es muy difícil todo esto. El tema es que él haya tenido una descompensación por epilepsia, vos te bajás de la camioneta y seguís con el ataque. En cambio él no,  él bajó y se sentó. ¿Dónde estuvo el ataque de epilepsia? Él no iba solo, sino acompañado, la persona que iba con él se fue. Esa persona si tenes un ataque de epilepsia, se va a quedar con vos. Justo ese mismo día que yo tengo el accidente también casi atropella a una amiga. Si tenés ese problema, tenés que tomar la medicación”.

“Nosotros pusimos abogado. Él tiene seguro, tiene todo, hoy está en manos de los letrados, es cuestión de tiempo. Todos los gastos que tenemos son demasiados”, agregó.

Luego dejó un claro mensaje: “Lo qué más anhelo es poder estar bien, perdí toda la masa muscular, estoy muy flaquita porque no estoy alimentada. Tengo dos hijos que me necesitan. Yo estaba trabajando, ahora no se qué va a pasar. Mis hijos estudian, es todo una situación difícil. Estoy divorciada. El papá de los nenes vino y estuvo dos meses, pero tuvo que volver a trabajar a San Luis. No es fácil”.

Sin rencores

En el final del diálogo, dijo: “Lo bueno que les quiero decir es que yo trato de sacar muchas fuerzas para estar bien, no decaer y ponerle ganas. Y cuando desperté en terapia con la panza abierta y con tutores, no me podía mover y lo único que me salió del corazón es decirle a mi mamá que la amaba mucho, a la familia que la amo mucho y decirle a Juan Pablo (conductor de la camioneta) que lo perdono, más allá de todo lo que sigo sufriendo, no quiero en mi corazón rencor. Más allá de todo lo que estamos pagando, no quiero desearle el mal a él. No le deseo el mal. Tiene mi perdón de corazón”.