El joven defensor de 21 años, que transita su segundo torneo en la Primera de Paraná, vive “con ansiedad” la semana previa a la gran final del domingo ante Belgrano. “Soy hincha del club, y por eso para mí es una sensación particular, que estoy tratando de manejar”, contó Valentín.
De la redacción de EL NORTE
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Un andar sin fisuras llevó casi por decantación a Paraná a la final del torneo “Malvinas Argentinas, 40 Aniversario”. Un plantel largo, con muchos pibes y un rendimiento colectivo que no se resiente con los cambios de nombres, llevaron a los de Casadei a dominar el certamen y llegar al último partido ante Belgrano con la pilcha de candidato. El próximo domingo, en el Estadio San Nicolás, se terminarán las especulaciones previas y los protagonistas definirán al nuevo campeón dentro del campo de juego.
“Esta semana para mí es especial porque soy hincha del club y lo estoy viviendo con una ansiedad particular, que la estoy tratando de manejar”, reconoció Valentín Troilo, uno de los jóvenes defensores que le dan a Paraná esa intensidad que tanto caracteriza a su última línea. “Estamos contentos por llegar a la final, y ahora la estamos preparando. Los entrenamientos vienen siendo muy buenos como todo el año; el grupo que se armó es como una familia, todos tirando para un mismo lado”, contó Troilo, y sumó: “Pensábamos que la final se iba a jugar en otra cancha, y cuando nos enteramos que se jugaba en el Estadio fue una alegría aparte, es como un premio para todo el esfuerzo que hizo el grupo. Es un sueño jugar una final ahí, nos alegra un montón, era lo que nosotros queríamos”.
Respecto al grupo y ese “mix” entre jóvenes y jugadores experimentados, Valentín analizó: “Damián (Casadei) viene haciendo un trabajo hace tres años, y el último se acopló Maxi Sívori, que más o menos tiene la misma idea, entonces cuando nosotros subimos de Sub 23 a Primera no nos costó tanto. Son dos técnicos bastante parecidos en la idea de juego, intenso, tenencia de pelota, ir por afuera, y por eso no me costó tanto el cambio de categoría”.
“Confiamos mucho en nosotros, en los compañeros, en el trabajo que venimos haciendo con los profes, en el trabajo de todo el cuerpo técnico, que nos dan una mano en todo”, expresó luego el defensor, pieza importante en una línea de fondo de tres que rota nombres constantemente. “Creo que estamos todos en un nivel muy parejo, y el que entra no desentona. Puede faltar cualquiera y el equipo no se resiente, no hace falta que estén los mismos que vienen jugando siempre. Es un grupo muy unido, y al que le toca quedar afuera va a tirar siempre para adelante y no va a estar con mala cara. Teníamos un objetivo claro, que era que Paraná pudiera llegar a una final después de tanto tiempo. Una vez que nos subimos todos al barco ya no nos bajamos más”.
Se definió como hincha de Paraná desde chiquito, cuando la realidad era otra. “No iba mucha gente a la cancha y tocaba perder seguido, era complicado. Pero siempre Paraná es una familia, y una vez que te encariñaste ya está, no te lo podés sacar. Hoy poder ver la cancha llena como contra Somisa o contra Rojo es algo hermoso. Es como un sueño”, expresó.
De cara a la final, Valentín reconoció que ya le está costando dormir. “Los nervios van a estar, creo que el que no tiene esa ansiedad no siente el deporte. Los nervios van a estar antes, esta semana, pero una vez que arranque el partido ya está”, cerró.