Así lo revelaron los comercios del rubro consultados por EL NORTE. Además, se mostraron sorprendidos ante la gran cantidad de padres que a mitad de enero, aprovecharon para comprar las vestimentas requeridas para sus hijos por las instituciones educativas.
De la redacción de EL NORTE
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Habitualmente la compra de uniformes escolares, constituía una engorrosa cuestión que padres y madres de niños escolarizados debían resolver hacia fines del mes de febrero. Durante las semanas previas al inicio del ciclo lectivo -marzo en Argentina- podían visualizarse comercios vinculados a dichos rubros explotados de gente, y largas filas sobre la vía pública para conseguir la vestimenta requerida por las instituciones educativas.
Esta situación no cambió su tradicional dinámica, sólo que actualmente se adelantó un par de meses. Los locales de la ciudad que fueron consultados, informaron: “Hemos tenido varias ventas. En comparación a otros años, nos sorprendió la anticipación de la gente al comprar los uniformes a mitad de enero”.
No obstante, además del intento de ganarle a la inflación ante un posible aumento en los precios de los atuendos estudiantiles, los comercios coincidieron en que “puede tener también que ver con que en plena pandemia, la gente tuvo que hacer largas filas para adquirir todo lo que quería”. Por lo que además de ahorrarse unos pesos, el adelanto se vincula a una cuestión de ahorrar tiempo y no perderlo esperando el turno para ser atendido.
Motivos
Entre las cuestiones por las que algunos padres se acercan a los comercios de vestimenta escolar, se relaciona con el paso a una nueva etapa o cambio de institución. “Por lo general, quienes vienen ahora son aquellos que comienzan en una nueva escuela, arrancan el jardín o pasan de primaria a secundaria”, aseguraron.
Por lo tanto, puede cambiar el dibujo del logo por el nivel educativo, o bien tienen que adquirir la totalidad del uniforme escolar nuevo. Tomando en consideración que algunas instituciones privadas por ejemplo, utilizan por un lado, un determinado ‘conjunto de gala’ con zapatos, pantalón o pollera de vestir y chomba. Y por otro lado, el ‘conjunto deportivo’ con buzo, pantalón jogging y remera para las clases de educación física o días más distendidos.
En cambio, quienes tienen que comprar una sola prenda en particular, efectúan la compra más próxima al inicio de clases.
“El que cobró y puede, aprovecha. Algunos han dicho ‘tengo unos pesos por lo que compro ahora y me olvido del tema’”, comentaron desde Good. Y agregaron que también están aquellos que compran de a poco. Es decir, un mes el pantalón, al otro mes alguna remera y después la chomba.
Precios de los uniformes
“En comparación con el 2022, los precios de los uniformes escolares han aumentado en un 15% fácil. No en todas las prendas, pero en su gran mayoría. Sobre todo, las que no fabricamos nosotros y dependemos de terceros como pantalones de vestir, camisas, suéteres”, revelaron desde el local ‘Klase’.
Casi un año atrás, este medio informaba según los mismos locales citados, que un uniforme completo – con chomba, remera, pollera, buzo, pantalón, campera- rondaba entre 15.000 pesos, y 16.000 aquellos con más bordados. Y uno de jardín, alrededor de 10.000, 12.000. Evidentemente en este 2023, tendrán un incremento económico sobre dichos montos. Desde ya, aparte queda el calzado, que en muchas ocasiones consta de zapatillas y zapatos. Los precios en este rubro varían de acuerdo a la calidad, las marcas y los materiales.
En relación a los precios específicamente de cada atuendo, los mismos pueden variar de acuerdo al talle y logo. Además, manifestaron que no existe una gran diferencia monetaria entre los conjuntos azules típicamente asociados a las escuelas públicas, y aquellos que llevan algún tipo de logo identificatorio de escuelas privadas. “Es la misma ropa lisa, sólo se encarece aquella que tiene un logo. Éste tiene un precio entre $300 y $500 dependiendo la complejidad de cada uno”, concluyeron.