“Esperamos, y exigimos, que se dé una discusión pública genuina y desinteresada sobre esta reforma, entendiendo que el eje de la cuestión debe ser el acceso equitativo, eficiente y oportuno a la salud de la población”, marca el autor.
Por Dr. Alejandro Spagnolo
Secretario General del Círculo Médico de San Nicolás.
Hemos asistido en los últimos tiempos a un planteo informal desde el poder político sobre una necesaria reforma del Sistema de Salud. Es correcto que el Estado tome la iniciativa en un tema tan sensible. Sin embargo, es igualmente cierto que deben participar de la discusión empresas privadas de salud, mutuales, obras sociales y representantes de los trabajadores del equipo sanitario. Solo un amplio consenso puede conducirnos a buen puerto. En principio parece una tarea altamente compleja que atraviesa, cuanto menos, intereses políticos y económicos.
Creo que a esta altura, ante los nefastos efectos de la pandemia en la actualidad, nadie puede negar que dicho sistema debería ser modificado para atender más adecuadamente las necesidades de salud de la población.
De manera paradójica, Argentina tiene una elevada cobertura y acceso a la salud en comparación con los demás países de Latinoamérica, pero con indicadores que no han mejorado en los últimos años como por ejemplo la mortalidad infantil.
Abarcar distintos aspectos
Esta modificación del sistema debería abarcar distintos aspectos de acuerdo con lo expresado por el Dr. Raúl Torres, quien es el rector de la Universidad ISALUD. En primer lugar se destaca el aspecto político en el que se incluye al modelo de gestión (prioridades y valores). Luego se encuentra el económico que define el modelo de financiación (cuánto y cómo gastar los recursos). Finalmente, tenemos el aspecto técnico que determina el modelo de atención (qué y a quién cubrir).
En última instancia, la reforma definitiva podría tomar años en concretarse en un país como el nuestro en el que es difícil consensuar leyes que atraviesen gobiernos de distinto signo partidario. Sin embargo, si el Ministerio de Salud hiciera uso de su legítima función de rectoría, se podrían realizar las modificaciones necesarias en forma más ágil con el objetivo de mejorar el sistema sanitario en múltiples cuestiones urgentes.
Esperamos, y exigimos, que se dé una discusión pública genuina y desinteresada sobre esta reforma, entendiendo que el eje de la cuestión debe ser el acceso equitativo, eficiente y oportuno a la salud de la población.