“No hagamos cambios innecesarios. No lo hagamos mientras estamos en pleno viaje en el calendario escolar. Pero aseguremos la continuidad en el trabajo con una buena educación, responsable y de primer nivel”, consideró el especialista en Educación.
De la Redacción de EL NORTE
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Luego del encuentro del viernes del Consejo Federal de Educación, el ministro de Educación de la Nación, Jaime Perczyk, anunció que se conformarán mesas de trabajo con todos los sectores de la comunidad educativa para avanzar con la extensión horaria en las escuelas primarias públicas de todo el país. La medida causó polémica en las escuelas y los gremios docentes que la calificaron de ´inconsulta y arbitraria´. EL NORTE consultó la mirada de un especialista: el Dr. Jorge Noro, profesor de posgrados en Argentina y exterior en Filosofía y Educación.
“De pronto, promediando el mes de abril, mientras las noticias más relevantes sobre educación se concentran en el uso o no de barbijos en las escuelas, y la educación hace esfuerzos para reinstalar la presencialidad en todos los niveles, y pierde relevancia frente a otros males y problemas que aquejan a los argentinos, el Ministro de Educación anunció la propuesta que deben aprobar los ministros provinciales: agregar una hora de clase más por días (cinco horas), un día más a la semana. La nación no tiene escuelas ni horario: son las provincias las que deben aceptar, organizarse y ejecutar esta suma de horas que solamente pueden implementarse en el nivel primario, ya que el número de materias y de horas en los otros niveles lo harían mucho más complejo. En el calendario de este 2022, solamente dos provincias tienen planificados 190 días de clases y varias provincias no llegan a los 180 días. Cuando consensuaron y federalizaron los calendarios, ¿no pudieron acordar un mínimo de 180/190 días en todas las provincias, sin excepciones?”, interrogó Noro.
Planificación y simulacro
“Una hora de clase más implica no solo cambio es las escuelas, sino cambios en los horarios familiarmente armados e institucionalmente planificados. Ingresar a las 7.00 por ejemplo representa un movimiento familiar previo, aplicando un criterio muy discutible sobre la hora en que niños de 6 a 12 años pueden iniciar sus actividades y mantener su atención y rendimiento, hasta las 12:00. ¿Y si en lugar de agregar horas de clases (cantidad) nos aseguramos que el trabajo profesional docente en la enseñanza y el acompañamiento de los aprendizajes sea realmente el que debe ser (calidad) en todas las provincias, en todas las escuelas y con todos los estudiantes? Hacer sencillamente lo que tenemos que hacer todos los días, todos los 190 días, dejando una cultura del simulacro que aparenta cambiar para que nada cambie”, propuso.
Sectores vulnerables y compromiso
Noro sostuvo: “No hagamos cambios innecesarios. No lo hagamos mientras estamos en pleno viaje en el calendario escolar. Pero aseguremos la continuidad en el trabajo con una buena educación, responsable y de primer nivel. Que todos los alumnos de todos los niveles tengan por lo menos 180 días de clases, que no tengan inasistencias, que no se inventen feriados turísticos innecesarios, viajes familiares en cualquier momento, faltas por falsos motivos o desgana con complicidad familiar. Y que haya continuidad laboral para que la asistencia real a la escuela y el aprovechamiento de la presencialidad sea exigida y reconocida, porque algunos pocos finalizan con 175 días y otros con menos de 100. Y si tanto valor le asignamos a la asistencia, los días y las horas, que las clases en cada una de las escuelas sean realmente encuentros de aprendizajes, de crecimiento, de formación, para que todos vean el valor del esfuerzo y el sentido de la educación formal establecida. Una hora más, una menos. La educación es mucho más que eso”.
“Tal vez el Ministro y los ministros pueden planificar, acompañar, asegurar que en cada una de las provincias y en todo el territorio argentino, especialmente en los sectores más abandonados y vulnerables, los servicios educativos sean un verdadero compromiso con el presente y el futuro de todos, asegurando la calidad de vida y el crecimiento en el índice de desarrollo humano de todos los argentinos”.