Equipos de rescate trabajan en busca de sobrevivientes, mientras miles de personas permanecen en refugios improvisados.
Una tragedia sacudió al Tíbet este martes, cuando un potente terremoto de magnitud 7,1 dejó un saldo preliminar de al menos 95 muertos y 130 heridos. Según reportes del Centro Sismológico de China, el epicentro del sismo se localizó en una remota región montañosa, a una profundidad de 10 kilómetros.
El terremoto, que ocurrió en horas de la madrugada, provocó el colapso de numerosas viviendas y edificios en pueblos cercanos al epicentro. Las autoridades locales declararon el estado de emergencia, movilizando equipos de rescate para atender a los damnificados y buscar sobrevivientes entre los escombros.
“Estamos trabajando contrarreloj para encontrar a personas atrapadas”, informó un vocero de los servicios de emergencia. Sin embargo, las condiciones climáticas adversas y la difícil geografía del área están complicando las labores de rescate.
Imágenes difundidas en redes sociales muestran caminos destruidos, viviendas derrumbadas y largas filas de personas buscando refugio en centros temporales. Organismos internacionales también han ofrecido su apoyo para atender la crisis humanitaria.
El tibet
El Tíbet, una región conocida por su actividad sísmica debido a su ubicación en el límite de las placas tectónicas de Eurasia e India, ha registrado en el pasado terremotos devastadores. Este nuevo desastre pone en evidencia la vulnerabilidad de las comunidades que habitan las zonas montañosas de la región.
Las autoridades locales han solicitado ayuda internacional para reforzar los equipos de rescate y asistencia médica. Mientras tanto, miles de personas permanecen desplazadas, enfrentando temperaturas bajo cero en refugios improvisados.
Los equipos de emergencia continúan trabajando para evaluar la magnitud del daño y brindar asistencia a las víctimas, mientras la región se enfrenta a las secuelas de este devastador desastre natural.