Comportamientos alimentarios de ese tipo fueron identificados con anterioridad solo en peces gelatinosos y holoturias.
Un extraño pulpo rebotando en el fondo marino fue descubierto a una profundidad de 4.800 metros en el Pacífico, adonde no llega la luz solar, por una expedición realizada por la Universidad de Australia Occidental a bordo de un barco el año pasado.
Habitando la llamada ‘zona abisal’, espacio oceánico de entre 4.000 y 6.000 metros de profundidad caracterizado por gélidas temperaturas y presiones aplastantes, la criatura fue identificada como ‘un calamar de ojos grandes’ (Cirrothauma cf. magna), informa Science Alert.
Un artículo de 1997 proporciona algunas pistas sobre el extraño movimiento de este pulpo, que parece rebotar en el fondo marino. Esta curiosa técnica ha sido descrita como una forma de “locomoción”: se mueve por una contracción repentina y única de la coronilla y la membrana braquial, que siempre era seguida por un impulso.
También se han observado movimientos similares en otras especies de pulpos cirrina, que parecen recurrir a ese comportamiento para cazar sus presas.
Dichos movimientos fueron observados por primera vez en el pulpo cirrina Cirroteuthis muelleri y descritos por el biólogo marino Alexéi Gólikov y su equipo del Centro GEOMAR Helmholtz de Investigación Oceánica en Alemania, en su estudio publicado en Proceedings of the Royal Society B: Biological Sciences.
Este pulpo realiza una serie de rebotes en el fondo marino y en el ápice de cada salto, extiende sus tentáculos e infla la membrana que los conecta, yendo a parar al fondo marino para capturar las presas que lo rodean. Acto seguido, repite esa secuencia.
Comportamientos alimentarios de ese tipo fueron identificados con anterioridad solo en peces gelatinosos y holoturias (pepinos de mar).