Cada vez son más los jóvenes que se reúnen en zona de costanera o Parque San Martín para «acelerar» sus motos o realizar maniobras que suponen cierto riesgo. Por el momento no hubo que lamentar incidentes, aunque se multiplican las voces de los vecinos del lugar por el ruido que suele extenderse más allá de la medianoche. Los motociclistas piden la configuración de un picódromo que garantice seguridad para quienes practican esta disciplina, tal como existe en otros distritos de la provincia.
De la redacción de EL NORTE
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El desarrollo de una comunidad genera nuevas demandas, está claro. Que deben ser atendidas en tanto supongan una solución a problemas –relativamente– nuevos. Ejemplos hay varios, y uno bien novedoso: el de los motoqueros que se reúnen cada vez más en espacios públicos urbanos para «despuntar el vicio».
En los últimos tiempos se vienen sumando voces de vecinos residentes en zona de Costanera Baja que manifiestan su descontento por el ruido que generan las motos durante las noches, fundamentalmente los fines de semana. En efecto, un grupo –cada vez más numeroso– de motoqueros se reúnen en el empedrado de la costanera para realizar maniobras que suponen cierto peligro para propios como para terceros. Por el momento no hubo que lamentar accidentes ni incidentes, pero siempre es más oportuno prevenir que curar. Aquí vale hacer un paréntesis: el personal policial que circula por el lugar disuade –cada tanto– a los jóvenes de hacer maniobras en esa zona de la ciudad, aunque toda vez que son advertidos de la presencia policial los mismos motoqueros se trasladan a otro punto de la ciudad para realizar estas maniobras. Se los puede ver también en cercanías del Parque San Martín.
La idea de los motoqueros nicoleños es tener un espacio donde reunirse, y así evitar ser corridos por la policía o escrachados por los vecinos. En redes sociales hay una convocatoria cada vez más importante para sumarse a esta movida.
En este contexto, los motociclistas amantes de esta actividad reclaman la configuración de un picódromo donde realizar estas maniobras, tal como existe en otros municipios bonaerenses. San Pedro, Esteban Echeverría, Tandil tienen su proyecto en curso al igual que el municipio de Tres Arroyos, entre tantos otros. Rosario ya tomó la decisión de construir un espacio seguro para esta disciplina.
La idea de los motoqueros nicoleños es tener un lugar donde reunirse, y así evitar ser corridos por la policía o escrachados por los vecinos. En redes sociales hay una convocatoria cada vez más importante para sumarse a esta movida.
“No digo que algunos no se pasen de la raya, pero la mayoría tenemos las motos en condiciones correctas. Creo que la mayor infracción que se puede ver en San Nicolás es el no uso del casco. Lo concreto es que somos muchísimos, entonces, a cada lugar que llegamos, lo transformamos”, explica uno de los motociclistas.
Dónde y cómo
La demanda apunta a que el municipio de San Nicolás configure un espacio para esta actividad, que requiere de características especiales. Los motociclistas piden una traza de 200 m de largo, con escapes. Y plantean que la recta del Autódromo San Nicolás brinda las condiciones ideales para realizar de manera segura esta actividad.
En rigor, un picódromo para motos requiere una pista de un cuarto de milla (unos 400 m) para concentrar de manera ordenada y reglamentada picadas y carreras legales, con el fin de erradicar estas actividades que son clandestinas en zona urbana, con las consecuencias que ello puede suponer. A quienes acuden a un picódromo se les exigen todos los elementos de seguridad correspondientes. El trazado contempla una calle de retorno, espacio para ambulancia y bomberos, baños públicos, estacionamiento, e instalaciones complementarias. El público y los auxiliares están completamente separados de la línea de competición en el momento de la picada propiamente dicha. Esta actividad, advierten los nicoleños, tiene también un sentido social asociado al deporte mecánico, la preparación, las iniciativas y la creatividad.