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sábado, octubre 19, 2024
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Un periodismo sin mujeres en Afganistán: “Detener el trabajo de las reporteras es una forma más de violencia contra nosotras”

ESE PAÍS OCUPA EL ÚLTIMO LUGAR (177º) EN EL ÍNDICE GLOBAL DE PAZ Y SEGURIDAD DE LAS MUJERES

Tras el retorno de los talibanes al poder en 2021, la presencia femenina en los medios de comunicación ha desaparecido prácticamente. Según un artículo de ´El País´ que retoma un reportaje publicado originalmente por Rukhshana Media -un medio de comunicación afgano dirigido y compuesto por mujeres, que trabajan dentro y fuera del país- trabajar desde el exilio, en casa o en secreto son las opciones de las mujeres que no quieren abandonar la profesión.

De la Redacción de EL NORTE
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Desde que los talibanes se hicieron de nuevo con el poder, en 2021, el trabajo de las periodistas se ha tornado prácticamente imposible. Han tenido que dejar de trabajar, escribir de forma clandestina o directamente abandonar el país, muchas de ellas debido a las graves amenazas sufridas.

Denuncian que hay “discriminación de género” y una “misoginia” generalizadas por parte de las autoridades de facto, que solo quieren tratar con varones. “Como somos mujeres y no tenemos una carta de acreditación de la oficina del gobernador, los funcionarios no quieren reunirse con nosotras, darnos entrevistas o responder a nuestras llamadas”, detallan.

Medidas

Tras volver al poder, los fundamentalistas comenzaron a tomar medidas enérgicas contra la presencia de las mujeres en los medios de comunicación, así como en la mayoría de los sectores profesionales, exceptuando la salud y la educación, donde, por necesidad, hay una mayor aceptación de las profesionales del sexo femenino. En general, las restricciones severas han hecho que las mujeres afganas desaparezcan de la mayoría de puestos de trabajo. Oficialmente, los talibanes aluden a la necesidad de un “ambiente adecuado” para que puedan seguir ejerciendo.

Los fundamentalistas obligan a las afganas a estar acompañadas por un hombre de su familia para desplazarse, viajar.

Varias mujeres periodistas del oeste de Afganistán explican que funcionarios del Ministerio para la Propagación de la Virtud y la Prevención del Vicio visitan las oficinas de los medios de comunicación al menos una vez al mes para comprobar que las mujeres visten de acuerdo con sus normas y que varones y mujeres están separados.

Miedo a ser detenidas

En noviembre de 2021, los fundamentalistas publicaron un edicto de ocho artículos en el que se prohibía a las mujeres actuar en obras de teatro y series de televisión. También se ordenó a los jefes de los medios de comunicación afganos que no emitieran ningún contenido que pudiera oponerse a la sharia o ley islámica, incluyendo programas de televisión y de música extranjeros, y se estableció que las presentadoras de informativos debían cubrirse integralmente.

“En los dos últimos años, las reporteras que han asumido las dificultades y han continuado con su trabajo temen ser detenidas por publicar noticias contrarias a la ideología de los talibanes”, afirman.

“Las reporteras que trabajan con medios extranjeros temen ser detenidas y encarceladas. Algunas ni siquiera obtienen el carné de periodista del Gobierno, lo que las obliga a trabajar en secreto y, por tanto, a no realizar trabajo en el terreno. Los responsables de los medios de comunicación se aprovechan de la situación actual y contratan a reporteros varones. Y si contratan a mujeres, lo hacen con un salario mucho más bajo que el de los hombres”, indican.

“Apartheid de género”

La ONU cree que las afganas podrían ser víctimas de un “apartheid de género”, un duro término que define el acoso sin tregua y la progresiva reducción de los derechos más elementales por el simple hecho de ser mujer.

En este momento, ninguna niña de más de 12 años puede ir a la escuela o la universidad en Afganistán. La ONU subraya que es “el único país en el mundo” donde esto ocurre. Primero, los talibanes cerraron a las mujeres las puertas de los institutos de secundaria y, en diciembre de 2022, les prohibieron el acceso a la universidad.

Afganistán ocupa el último lugar (177º) en el último Índice Global de Paz y Seguridad de las Mujeres, elaborado por el Instituto de Georgetown para las Mujeres, Paz y Seguridad y el Instituto de Investigación de la Paz de Oslo (PRIO, por sus siglas en inglés) y publicado en octubre de 2023.

Silenciar las voces femeninas

Sohaila Erfani, profesora de Periodismo y Comunicación en la Universidad de Herat (oeste), recordó que esta región fue pionera en la formación de reporteros y recibió a estudiantes de todo el país. La Facultad de Periodismo de Herat abrió sus puertas en 2011 con dos departamentos (Periodismo y Comunicación Pública) y, según esta docente, el interés de las afganas por trabajar en los medios de comunicación fue en aumento hasta representar la mitad de los estudiantes justo antes del retorno de los talibanes al poder. Los derechos de la mujer afgana ya retrocedieron de forma alarmante entre 1996 y 2001 durante el primer régimen talibán.

Pero desde 2001, las mujeres habían reconquistado su lugar en la sociedad en prácticamente todo el país, salvo en áreas rurales más tradicionales. La situación actual consterna a Erfani. “Al imponer todas estas restricciones, se han silenciado las voces de todas las mujeres”.

Según Rukhshana Media, antes de la toma del poder por los talibanes había al menos 100 mujeres que trabajaban en los medios de comunicación en la provincia de Herat. Actualmente, es imposible saber a ciencia cierta cuántas siguen trabajando.

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