La investigación se desarrolló en ocho países con las poblaciones más longevas, específicamente: Australia, Francia, Italia, Japón, Corea del Sur, España, Suecia y Suiza. Además, se incluyeron Hong Kong y Estados Unidos. “Nuestro resultado refuta la sabiduría convencional de que el don natural de longevidad para nuestra especie está por delante de nosotros”, subrayó el científico Jay Olshansky.
En un estudio publicado en la revista Nature Aging se señala que la expectativa de vida ha dejado de aumentar al ritmo acelerado que se observó durante el siglo XX. ¿Podría significar que la mayoría de los niños vivos actualmente probablemente no lleguen a los 100 años?
A pesar de los avances médicos y en salud pública, desde 1990 la esperanza de vida al nacer en las poblaciones más longevas del mundo solo ha aumentado en promedio seis años y medio. Ese hallazgo sugiere que los humanos podrían estar acercándose a un límite biológico en cuanto a la longevidad. Los investigadores aclaran que los mayores aumentos en la longevidad ya se han logrado principalmente mediante la lucha contra enfermedades.
El científico Jay Olshansky –investigador de la Universidad de Illinois (Chicago), junto con científicos de la Universidad de Harvard, la de California en Los Ángeles, y la de Hawaii– lideró la investigación que sugiere que la esperanza de vida no crece como antes. El análisis forma parte de un debate de tres décadas sobre los límites potenciales de la longevidad humana. En 1990, Olshansky ya había argumentado que la expectativa de vida humana se acercaba a un techo de alrededor de 85 años. Sin embargo, algunos colegas esperaban que los avances en medicina y salud pública iban a ser seguir impulsando la tendencia del siglo XX hacia el siglo XXI.
Ocho países
El estudio examinó la longevidad en ocho países con las poblaciones más longevas, específicamente: Australia, Francia, Italia, Japón, Corea del Sur, España, Suecia y Suiza. Además, se incluyeron Hong Kong y Estados Unidos en el análisis. Esos países fueron seleccionados por sus altas expectativas de vida y para observar tendencias recientes en tasas de mortalidad y esperanza de vida desde 1990 hasta 2019.
“Nuestro resultado refuta la sabiduría convencional de que el don natural de longevidad para nuestra especie está por delante de nosotros”, subrayó. En cambio, sugiere que el límite ya se ha alcanzado.
Para Olshansky, sí habrá más personas que podrían alcanzar los 100 años en este siglo, pero seguirán siendo excepcionales y no elevarán significativamente la expectativa de vida promedio.
Recomendaciones
Los especialistas consideraron que extender la vida humana al intentar reducir enfermedades podría ser perjudicial si esos años adicionales no son saludables. Por ello, propone un cambio de enfoque hacia la extensión de lo que se llama en inglés “healthspan”, que es un concepto que mide los años de vida saludable.
El estudio también destacó que la medicina y la ciencia aún pueden ofrecer beneficios significativos, especialmente en la mejora de la calidad de vida en edades avanzadas.
Recomendaron que haya una mayor inversión en la gerociencia, el estudio biológico del envejecimiento, que podría ser clave para la próxima ola de mejoras en salud y longevidad.
Olshansky opinó que hay un “techo de cristal” en la longevidad, pero reconoció que hay un margen para mejorar al reducir los factores de riesgo, eliminar disparidades y fomentar estilos de vida más saludables.
Desde el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento de los Estados Unidos, marcan que la investigación debería centrarse en lograr un envejecimiento saludable.